Juan Carlos estuvo enamorado de Olghina de Robilant, una plebeya, periodista y escritora, como Letizia, pero en su caso, su padre, Juan de Borbón, acabó con esa relación impidiendo el enlace, ya que el emérito, como futuro rey de España, debía casarse con alguien de la realeza para emparentar ambas monarquías. La reina Federica ofreció a su hija Sofía que sufrió un desengaño amoroso con Harald de Noruega. La boda fue un absoluto desastre y lo que vino a continuación una maldición.

No se puede decir que la reina Sofía no hizo todo lo posible para enamorar a Juan Carlos y formar una familia, ella es una mujer muy tradicional, católica y familiar. Solo mantuvieron relaciones íntimas para dar a luz al futuro varón que heredaría el trono. Tardó en llegar, parecía una especie de maldición, el emérito ya estaba cansado y estaba dispuesto a cambiar la Constitución para que la infanta Elena pudiese heredar el trono. Una vez nació Felipe dejaron de mantener relaciones íntimas, cada uno dormía en una habitación diferente. En ese momento, Sofía se fue a vivir con Irene de Grecia y el emérito se quedó solo en Zarzuela. Solo mantenían las formas en los actos. Estaban separados, pero no divorciados porque a la emérita no le salía a cuenta.

Juan Carlos Bribon

Juan Carlos I no quería a la reina Sofía y se iba a la cama con otras mujeres 

Juan Carlos I la humilló, dedicándose a conquistar a todas las mujeres que encontraba a su paso. Era un seductor con una mujer en cada puerto; algunas relaciones eran esporádicas, otras más duraderas. Incluso le robaron el corazón mujeres como Bárbara Rey, Corinna Larsen, con quien casi se divorcia de Sofía, o Marta Gayà.

Hubo otras amantes menos conocidas, como Roswicha Bertisha Smid Honczar, más conocida como Nadiuska, una de las figuras eróticas más deseadas durante tres décadas hasta que una enfermedad neurológica la apartó de todo y cayó en el olvido. Sufría de esquizofrenia. Hoy en día no recuerda nada de su glorioso pasado, ni siquiera su relación con Juan Carlos I.

Nadiuska

Según revela La Razón, ella decía que “mi novio es el Rey Juan Carlos, pero Javier Sardá me manda mensajes de amor desde 'Crónicas marcianas'”, cuando la visitaron en un piso de Chamberí. “Hay personas cercanas al Rey que quieren deshacerse de mí. No les gusta que estemos juntos, por eso tengo sábanas negras en la ventana, para que no me descubran”.

Pasó de vivir en la exclusiva zona de El Viso a un pequeño apartamento de menos de 30 metros cuadrados. Por las noches salía a buscar comida en la basura. Actualmente vive en un centro cercano a Ciempozuelos con las monjas, sus salvadoras. “Estaba muy desmejorada, con la mirada perdida en el horizonte, iba directamente a la iglesia del centro, acompañada de una religiosa. Un familiar de otro interno me contó que es una mujer muy callada, que casi no se relaciona con el resto de los enfermos, y que aquellos que intentan recordarle su pasado, se encuentran con que tiene la mente en blanco”, relata el periodista que casi logra las fotografías de Nadiuska en el centro psiquiátrico.