Letizia no se puede fiar ni de su sombra. A pesar de la corriente generalizada de hacerle la pelota permanentemente, las confesiones brutales de Jaime del Burgo han provocado unas vías de agua en la nave royal que no hay forma humana de taponar. Si ya era una sospechosa habitual antes del estallido de su examante y excuñado, ahora su condición es todavía más pésima. Está condenada. Y los miembros más recalcitrantes de la monarquía española tienen la escopeta preparada desde hace meses. Cualquier momento es el adecuado para clavarle una nueva cuchillada. La última, de un familiar Borbón. Un sobrino de Juan Carlos, para más señas.
La aparición de la reina en el funeral de Fernando Gómez-Acebo, primo del rey Felipe fallecido el pasado 2 de marzo con 49 años, ha ofrecido una nueva oportunidad para el escarnio de la royal asturiana. La idea es sencilla: Letizia ya no representa a la corona española. Es decir, que sobra. Que molesta. Es lo que piensa, efectivamente, Alessandro Lequio, comentarista de televisión, aristócrata, polemista y sobrinito de Juan Carlos. El ex de Ana Obregón es uno de aquellos pitufos gruñones indignados con el autoexilio del emérito, que desde su particular óptica es una ofensa orquestada por la bruja Ortiz, en connivencia con un Felipe que roza el calificativo de Felpudo VI. Este mediodía, en la siempre cortesana Telecinco, se han oído ataques a la reina de España, firmados por el exaltado italiano.
Felipe VI y su padre, el rey Juan Carlos, han vuelto a encontrarse este lunes en el funeral de Fernando Gómez-Acebo, fallecido el pasado 1 de marzo a los 49 años, al que también han asistido las reinas Letizia y Sofía y las infantas Elena y Cristina. pic.twitter.com/IN9YHhxPk5
— EFE Noticias (@EFEnoticias) April 8, 2024
El programa 'Vamos a ver', presentando por Joaquín Prat y de la factoría Ana Rosa Quintana, han comentado el reencuentro de la Familia Real española en la Catedral de Almudena. Un episodio que no se repetía desde otra misa funeral, la celebrada en Windsor el 27 de febrero en honor en Constantino II, hermano de la reina Sofía. Lequio siente aversión furibunda contra la reina Letizia, y si se muerde la lengua, se envenena. Verla representando el papel de monarca consorte lo saca de quicio. Y no se ha podido aguantar: "Letizia es ya prescindible". Hablaba a título institucional, pero vaya, que tampoco parece que la quiera personalmente. La odia. Punto final.
Alessandro, si de él dependiera la cosa, ya habría encerrado a la asturiana en la buhardilla de Zarzuela y pondría a Leonor al frente de la casa. "Ya existe una heredera al trono, con mayoría de edad". Lo que sea menos ver a Letizia con la camiseta de la corona en actos y acontecimientos diversos. La querría, para entendernos, como él: fuera de circulación royal. De momento le tocará esperar y tragarse la bilis, que es mucha. Eso sí, la guerra entre los monárquicos está más viva que nunca.