Leonor y Sofía hace meses que rompieron la cáscara de la infancia y adolescencia, y se están sumergiendo en la vida adulta a gran velocidad. Especialmente la primera, como la mayor de las dos y como futura reina de España, siempre que sus antecesores no acaben antes con la monarquía. La pequeña de 17 años, por su parte, ha empezado a disfrutar de su independencia en el internado de Gales, donde ha acabado recientemente primero de Bachillerato, descubriendo paralelamente todo aquello que los amos de Zarzuela le ocultaban. Estará deseando volver en el mes de septiembre y continuar con este viaje iniciático.
De momento, toca disfrutar de las vacaciones, y ya se ha puesto manos a la obra. Una escapada secreta a Londres con su hermana, su prima Amanda Martín Ortiz y un grupo de amigos para disfrutar del concierto de Taylor Swift en Londres. Compartieron recinto con otros royals internacionales y miles de fans, para desgracia de los escoltas y su celo, que roza la paranoia. Era la recompensa por soportar estoicamente los fastos pesadetes de la conmemoración del décimo aniversario de la coronación de Felipe VI y Letizia. Presidieron un cambio de guardia anacrónico, saludaron a los asistentes, después una entrega de medallas, discursos, un videomapping, una visita a la Galería de Exposiciones Reales... y una comida de gala. Mucho trabajo. Esta cita, por cierto, tenía sorpresa. Y emotiva.
Fue el gran hit del almuerzo con los condecorados con la medalla al mérito civil: las hermanas rompieron el protocolo y ofrecieron un brindis, tomando el micrófono y leyendo unas breves líneas en su teléfono móvil en honor a los monarcas y padres. Para Letizia no fue, sin embargo, ninguna sorpresa: siempre controladora, había dado el visto bueno previamente a la interrupción y al discurso: "Mamá, papá, Majestades. Perdón por colarnos, pero nosotras también tenemos algo que decir hoy", decía la princesa Leonor, pasando al testigo a la infanta Sofía, que pronunciaban unas palabras que tocaban la fibra sensible de Felipe: "Gracias por acompañarnos para recordar que en estos 10 años hemos aprendido de nuestros padres lo que significa el compromiso que los cuatro tenemos con todos los españoles". Los nervios de las oradoras eran inmensos, quizás era el discurso más difícil.
El digital 'Jaleos' ha examinado con detenimiento el vídeo y ha encontrado oro: la confidencia íntima de Sofía a su partner in crime durante el discurso, y que nadie oyó en la sala, ni prácticamente por televisión. Ambas tienen la sensación de que la cosa está saliendo regulinchi, y la menor comienza a sentir vergüenza. Se hace una pequeña pausa, Leonor sonríe con gesto raro, Sofía se acerca por detrás y, disimulando muchísimo, le dice algo. Dos palabras: "Qué desastre". El micro abierto las delata. Y deja una frase que, a pesar de ser inocente, queda para la posteridad en un día tan señalado, como potencial análisis de la situación en Zarzuela por el tito Del Burgo... o una profecía para dentro de 10 años. Sofía, bienvenida al mundo de los adultos.