Zarzuela ha tomado una de las decisiones más inexplicables, controvertidas y absurdas que se recuerdan en Palacio. En su obsesión de apartar a la reina Letizia de la agenda oficial negándole la opción de presidir ningún acto oficial desde hace un mes (solo sale en actos de Felipe como reina consorte, de comparsa), con esta manía han empujado a la reina Sofía, octogenaria y convaleciente de 4 noches de hospital, a hacer un larguísimo viaje oficial a Cracovia. Tres días, del 23 al 25, para presidir una conferencia internacional sobre Alzhéimer, la enfermedad que sufre su hermana Irene de Grecia. Un acto que, seguro, Sofía quería presidir por el significado familiar y para mostrar que la supuesta cistitis no puede con ella, la infección que la tuvo hospitalizada 4 noches y que la hizo seguir medicándose en Zarzuela intubada, como mostraba la vía en el brazo al salir de la Ruber. La realidad es otra: la salud sí puede con ella y las fotos en Polonia de Sofía son un drama. Un primer plano muestra a la reina ojerosa, mal maquillada, con la raya de maquillaje en el ojo mal hecha, y con la cara desencajada. Sofía no estaba para hacer este viaje:
El fotógrafo polaco no ha tenido piedad de la octogenaria. Es evidente que un primer plano tan de cerca como este en una persona mayor, casi anciana, no es hacerle ningún favor, pero lo que todavía es una evidencia más cruda es que la reina Sofía no tendría que haber hecho nunca este viaje, de tres días, a un país muy lejano de la Unión Europea, con muchas horas de vuelo y para un compromiso en el cual podría haberla sustituido perfectamente Letizia, en nombre de su suegra. Pero Zarzuela ha enloquecido en la obsesión de apartar a Letizia y de sustituirla por la octogenaria a Sofía, incluso poniéndole actos en la agenda oficial cuando todavía está convaleciente de una grave infección. Todo es muy extraño, absurdo y como siempre en Zarzuela: mal explicado. El fotógrafo polaco retrata a la madre del rey con mala cara y al lado de una cruz, como si viera su funeral. Entre ser poético o de mal gusto:
Este es el primer acto de Sofía después de su larga baja hospitalaria. A partir de ahora será habitual hablar de la mala salud de los eméritos, con 85 y 86 años. Los dos han enterrado recientemente a dos hermanos, la infanta Pilar y Constantino de Grecia, y conservan dos hermanas con una salud precaria, la infanta Margarita, invidente y en silla de ruedas e Irene de Grecia, tía Pecu, con el mencionado Alzhéimer. Felipe, Cristina y Elena están avisados. En cualquier momento pueden tener un susto. Juan Carlos parecía el más delicado y está permanentemente monitorizado a través de un anillo especial que le controla las constantes vitales y las envía a una central. Sofía parecía que disfrutaba de buena salud pero en la última época ha hecho lo que se denomina popularmente "un bajón". Zarzuela tiene todos los protocolos a punto para la primera defunción de un rey en democracia. Lo que no queda claro es qué rey, o reina, será.