Pilar Eyre está destripando a la reina Sofía. La periodista catalana está harta de que la emérita pase como la buena o la que no sabía nada. Y lo sabía todo. Por fin alguien acaba con la farsa que Sofía era la esposa abnegada y buena profesional. Conocía las infidelidades de su marido y si siguió casada no fue, como dicen los monárquicos, "por el príncipe Felipe". Aguantó para no perder estatus económico. Escribe Eyre: "Su hijo no iba a dejar de ser el heredero, pasara lo que pasase. La motivación tiene que ser otra y quizás no tan altruista".
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La foto ilustra la codicia de la reina. Cuando ríe se le ve el diente de oro macizo en la boca. Cuando supo que Juan Carlos la engañaba con toda mujer que le pasaba por delante, Sofía hizo ver que huía a Asia con los niños. "Sorprendió a su marido en la cama con una mujer en una cacería. Tenía 37 años y comprendió que a partir de entonces su caso iba a actuar con total libertad. Huyó a la India con sus hijos, dispuesta a dejarlo. Pero su madre, la reina Federica de Grecia, le dijo '¿Quieres ser como yo, una reina sin reino, una paria que tiene que vivir de la caridad de los demás? No te divorcies jamás".
Sofía sabía que el rey tenía mujeres ocultas y millones escondidos: "Ella era perfectamente consciente (de los millones opacos del marido), es más, le animaba en ese sentido, temerosa de que le pasara lo mismo que a su madre. Tenía miedo a la pobreza". Eyre trata la emérita como una gran falsa: "Y aún se atreve a reñir a los periodistas porque llaman emérito a su marido, "no lo hagáis, se disgusta", y luce en su dedo como desafío el anillo de prometida".
La reina Sofía, a quien el marido califica como una "gran profesional", ya se sabe lo que es: una cínica.