La escena final de gran acto anual de la Corona en Catalunya tuvo un punto teatral. Felipe, Letizia, Leonor y Sofía de domingo, vestidos de gala para intentar dar lustre a un escenario poco solemne, el hotel en Caldes de Malavella, y tratar de aparentar normalidad. Leonor fue la más forzada a disfrazarse con un vestido un punto excesivo. Zarzuela escogió un color connotado, el verde de Viva El Rey De España, a juego con la corbata de Felipe. La línea sucesoria bien marcada. Y por primera vez Letizia dio el visto bueno a feminizar la figura de la princesa, a no ocultar que Leonor ya es una mujer. Un traje con apertura en forma de corazón que dejaba ver un detalle inédito de Leonor: su escote. Un esfuerzo por Letizia, que ve cómo las hijas se hacen mujeres.
Las dos hermanas han hecho todas sus apariciones en Catalunya juntas, en pack indivisible, excepto en el momento del discurso. Allí ha quedado claro que la que sigue aprendiendo a pronunciar catalán es la heredera y que las Fuerzas Armadas la miran con lupa, a ella y a Catalunya. Si algún poder de influencia le queda a Felipe es sobre el Ejército. Los militares creen más en él, como jefe de las Fuerzas Armadas que en el ministro de Defensa de turno, especialmente si no es del PP o Vox. Y por eso Leonor tuvo que fingir entusiasmo de ingresar en el Ejército. Tienen que creerse que ella será uno de los suyos. Sofía puede ahorrarse este mal trago. A la hija pequeña los reyes le han hecho otro feo discriminatorio que le ha impedido lucirse, no solo que tiene que ir tapada como una monja, fuera escote, sino que le prohíben ir vestida de gala como obliga la etiqueta, con zapato alto. La gran lucha de Leonor es no hacerse pequeña al lado de Sofía, más alta, más corpulenta, más contundente. Por eso en el look de las hermanas, una con tacones y la otra va con un calzado plano feo, neutro y que la rebaja: Sofía tú no.
La foto con las hermanas de espaldas revela que Leonor, viviendo en el Reino Unido dos años, ha empeorado su dieta alimentaria, y otro detalle: impedir que dos adolescentes de 17 y 16 años que a ojos de todo el mundo tendrían que ser tratadas igual, una vaya con zapato de tacón alto y la otra casi descalza. Duele ver a la pobre Sofía encogida. Trato aparte merece Letizia. Ella siempre se guarda el mejor vestido, las mejores galas y del look que deja a las hijas como dos campesinas de boda de pueblo, mal vestidas y fuera de lugar. El contraste entre los pésimos looks de las chicas y el lookazo de la reina clama al cielo. Letizia no quiere dejar de ser la más guapa del reino, como la bruja de Blancanieves.
En la foto Sofía camina dos pasos atrás, cabizbaja, y mira los pies de su madre y su hermana como añorando que algún día será libre y podrá vestir como le dé la gana. Sofía es la preferida de la opinión pública, cae bien a todo el mundo. Con una trenza muy favorecedora y unas ganas enormes de largarse a Gales y dejar Zarzuela lejos. Que vuele.