A la reina Sofía la suerte no le acompaña demasiado. Es más, es la máxima representación de "monta un circo y le crecen los enanos". Un dicho muy adecuado para todo lo que ha pasado en torno al universo monárquico durante estos días, con la vuelta turística de Juan Carlos después de 2 años recluido en Abu Dabi. El emérito ha montando un show de tres pistas paseándose por Galicia tan contento y sin dar ningún tipo de explicación sobre sus temas más oscuros, y la guinda final era volver a Zarzuela para verse cara a cara con su hijo rey, Felipe, su detestada nuera Letizia y dos Sofías: la nieta y su esposa. Lo que tenía que ser una comida rapidita antes de volver a subir al jet privado e ir hacia los Emiratos se convirtió en una jornada interminable de 11 horas. Y con final infeliz para Sofía de Grecia.
La mujer del patriarca Borbón ha quedado, una vez más, arrinconada y aislada en su entorno familiar. Ella, que ha perdido el culo (con perdón) para volver de Miami a toda prisa y abrazar así a un marido que la ha humillado durante toda la vida. Ella, que además se enteró por radio macuto del viaje de su amado, y que incluso así mantiene la llama y la ilusión. Ella... ains. Resulta que al volver a Madrid se hizo una prueba del coronavirus y, bingo, positiva. Diana. En el peor momento, vaya. Si es que ya lo decíamos, Juanito es gafe.
La infección de la griega no ha evitado, sin embargo, que pudiera acompañar a la familia en este día tan señalado. Pero lo ha hecho con mascarilla, sin comer en la misma mesa y evitando, en la medida de sus posibilidades, el contacto directo con las personas allí presentes. Además han tenido que mantener las ventanas abiertas para ventilar la estancia en palacio. Suerte que hacía calor, porque llega a venir en plena Filomena y la encierran en la buhardilla. Imaginamos a Sofía mirando el desarrollo de la reunión como una espectadora de una representación teatral, en la que ella, supuesta coprotagonista de la obra, había quedado fuera en el último momento. Una obra larguísima, 11 horas. Ni las óperas de Wagner. Un martirio.
El encuentro, en el que el monarca actual y el huido han tratado "cuestiones familiares así como de distintos acontecimientos y sus consecuencias en la sociedad española" había sido declarado como un asunto de la agenda privada. Este detalle en concreto, sin embargo, se ha sabido gracias a un comunicado de Casa Real, explicando el contratiempo. Por lo tanto tendrá que seguir esperando una nueva oportunidad, quizás en el mes de junio cuando Juan Carlos tiene previsto volver a Galicia para seguir de regatas, festines y amigotes durante 2 semanas. Eso siempre que el hombre no tenga cosas mejores que hacer, claro. Por su parte ya ha cubierto el expediente. Si su mujer no estaba en condiciones... mala suerte.
El calvario que no cesa. Qué mala vida de reina, la suya.