Felipe tenía una sola obligación: engendrar un hijo o una hija, dar a la monarquía un heredero. Ser jefe del Estado en España se hereda, y solo un hijo asegura la continuidad de la Corona, porque si hubiera que recurrir a parientes lejanos se levantarían voces para poner fin a la monarquía. Si Felipe fuera soltero o estéril, el futuro rey sería Froilán, es decir, se acabaría la monarquía. Felipe y Letizia cumplieron su obligación cuando tuvieron a Leonor. Pero hay otra norma no escrita de los reyes: tienen que tener un hijo pequeño, un hermano del heredero, un plan B, una alternativa por si acaso. Muchos hermanos pequeños han acabado siendo reyes: Juan Carlos era el hermano pequeño y Felipe es el hermano pequeño. Más vale asegurar la sucesión con un suplente de Leonor, y fue una suplente, la infanta Sofía. La única de la familia que todavía es, técnicamente, menor de edad. Pero le queda poco. En primavera hará 18 años.
Zarzuela tiene diseñado un plan perfecto para Leonor: ha dejado que Letizia hiciera y deshiciera mientras la princesa era menor, pero al llegar a la edad adulta Moncloa y Casa Real han tomado las riendas de la educación de la próxima jefa del Estado y han tomado una gran decisión: obligarla a aplazar el ingreso en la Universidad y hacerla pasar tres años en los tres ejércitos. Leonor ha dicho basta y ha avisado que la carrera universitaria la elige ella y no hará Derecho como su padre sino Ingeniería. Mientras no hace de civil en el templo del conocimiento, la Universidad, le hacen hacer el papel de militar disfrazándola con los tres uniformes cada año. Este año le toca el blanco de la Marina y así presidirá este sábado, 12 de octubre, Día de la Hispanidad, el Desfile Militar en la Plaza de Neptuno en Madrid. La sorpresa es que, aunque la Fiesta Nacional cae en sábado, la infanta Sofía no estará. Aquel día no tiene clase de Bachillerato en Gales y nada le impide coger un avión Falcon oficial y aterrizar en Madrid para co-presidir el acto militar. Su ausencia no es un gesto neutral, Sofía será jefa de las Fuerzas Armadas si Leonor no es reina. Todo el Ejército espera que las dos hijas, heredera y sustituta, estén preparadas militarmente. Pero Sofía ha dicho que no. La infanta no estará.
La chica, pocos meses antes de ser una mujer, tiene su ideología y en ningún sitio está escrito que una infanta no pueda ser antimilitarista. Tampoco es obligatorio que Sofía a los 18 años tenga que ingresar en el Ejército al acabar el Bachillerato. La chica ya ha filtrado que quiere estudiar alguna Ciencia en la universidad. El precedente juega a su favor: sus dos tías, infantas como ella, Elena y Cristina, no pusieron un pie en el Ejército. Evidentemente, era una época en que la presencia de mujeres militares era ínfima, pero nadie ni planteó que Elena, como primera de la línea sucesoria de Felipe, tuviera que recibir alguna formación militar. La infanta Sofía, de momento, ya ha hecho su primer gesto contra el jefe de las FF.AA., su padre, y no irá al Desfile ni con la excusa de tener clase, porque no tiene. Lo que tiene es personalidad y 17 años.
Leonor uniformada parece un robot, marcial, mirada al horizonte, nacida para ser militar. Sofía es lo contrario, desenvuelta, medio hippie, apartada del foco. Está condenada a no ejercer una profesión porque en Zarzuela ya han decidido que será Familia Real y de adulta cobrará del erario público para solo ejercer un empleo, como su madre: representación de la Corona. Así España se ahorra que empresas del IBEX tengan que enchufar a Sofía con un salario y un despacho absurdos. Su papel es otro. Elena y Cristina no estaban preparadas para nada más que lo que han hecho: malcasarse, divorciarse, tener hijos y cobrar de empresas privadas. Sofía será mucho más que sus tías, y de momento tiene claro su primer paso: no irá al Ejército. Ni el 12-O, ni el año que viene, ni nunca.