Después de una infidelidad, Tamara Falcó perdonó a Íñigo Onieva porque estaba muy enamorada y tenía claro que él era la persona con la que quería envejecer y formar una familia. Uno de los mayores deseos de la hija de Isabel Preysler es convertirse en madre, pero como ella diría, solo si Dios quiere. La edad en la que las mujeres deciden ser madre a día de hoy es más alta que en décadas anteriores e influyen muchos factores, como la estabilidad económica. Los sueldos cada vez son más bajos, los trabajos más inestables y la vida demasiado cara. El acceso a la vivienda es casi imposible, pero esos problemas no son para Tamara Falcó.

Su mayor problema es no quedarse embarazada después de un año a pesar de los múltiples intentos y haber acudido en varias ocasiones a clínicas de reproducción asistida. En este último año, se ha hablado de un supuesto embarazado de la marquesa de Griñón en varias ocasiones, pero la propia protagonista lo ha negado en rotundo.

Tamara Falcó i Íñigo Onieva petó / Instagram

Tamara Falcó e Íñigo Onieva no piensan igual, caminos distintos, separación a la vista 

La joven, de 42 años, ha decidido tomarse el proceso de la maternidad con mucha calma, no siente la presión que podrían sentir otras mujeres, para ella no es algo necesario. En el último evento al que acudió se la volvió a abordar sobre este tema y acabó algo cansada. “La verdad es que todos los temas de fertilidad son muy exhaustivos, sobre todo para la mujer. Ahora me estoy tomando un tiempito y viendo una forma más holística de hacer las cosas”, confesó la marquesa de Griñón, haciendo alusión a su reciente decisión de abordar la maternidad desde una perspectiva más relajada y natural. 

Íñigo i Tamara avió / Instagram

En su momento ya inició un tratamiento de fertilidad llamado naprotecnología. La hija de Isabel Preysler ha querido dejar claro que no tiene problemas de fertilidad. “Me encantaría ser madre. Como soy muy creyente, será lo que Dios quiera, pero es verdad que con Fertilitas fenomenal, me están haciendo un seguimiento y estoy súper contenta, por ahora todo bien”, comentó en su momento.

Parece que la verdadera razón por la que Tamara no se queda embarazada es que no las tiene todas consigo con Íñigo, siempre está discutiendo con él y los gritos en el edificio son constantes, cuentan sus vecinos. La convivencia entre ellos es insostenible, aunque muestren su mejor cara en sus múltiples viajes. En más de una ocasión han estado a punto de romper la relación. Ninguno de los dos tiene claro que quiera ser padre con el otro. Íñigo no está por la labor.