El mundo de los tatuajes y los piercings ha ido evolucionando con el tiempo, pasando de ser considerados como un signo de rebeldía a una forma de expresión artística y personal. Los tatuajes son una forma de expresión personal que cada vez es más aceptada en la sociedad, y que puede ser vista como una forma de mostrar la propia identidad y la propia historia. Esto ha sido más evidente en la realeza europea, donde algunos miembros han sabido adaptarse a los nuevos tiempos y mostrar sus tatuajes y piercings con total naturalidad.
Un ejemplo de ello es Victoria Federica de Marichalar, hija de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, quien ha sabido llevar con elegancia y distinción sus tatuajes. La joven tiene en total seis tatuajes en su cuerpo. Y uno de los más destacados es un velero en el tobillo que rinde homenaje a su abuelo, el rey Juan Carlos I.
Homenaje a Juan Carlos I
Este tatuaje es especialmente significativo para ella, ya que representa una foto que ella misma tomó del barco de su abuelo. Un grabado que, a pesar de que su abuelo ha estado envuelto en diversas polémicas y no ha sido una persona ejemplar, Victoria Federica no se arrepiente de llevar y no tiene intención de borrarlo, aunque se lo pidan.
Además del tatuaje del velero, Victoria Federica tiene otros cuatro tatuajes que tienen un gran significado emocional para ella. Uno de ellos son los tres puntos en su muñeca. Estos representan a tres de las personas más importantes de su vida: sus padres y a su hermano, Froilán.
Victoria Federica luce seis tatuajes
Mientras tanto, Victoria Federica también luce una concha en honor a su abuela paterna. Y a ello se suma un tatuaje de la silueta de Mallorca, donde ha pasado momentos importantes con su familia y amigos.
Otro de los tatuajes que luce la hija de la infanta Elena lo encontramos en su oreja. Aquí la hermana de Froilán se ha tatuado una cara sonriente. Y todo ello se completa con un grabado en el cuello donde se puede leer la palabra ‘Breathe’ que significa ‘respira’.