Hace 20 años de la boda de Felipe y Letizia y ni un sol diario, revista, digital, programa de TV o radio ha afrontado el único hecho realmente relevante del matrimonio real: que eran tres. La aparición repentina de Jaime del Burgo, exmarido de Telma Ortiz, hace medio año ha puesto patas arriba la Corona y los diarios. Toda España ya sabe que este pequeño hombre de negocios navarro, calvo, vanidoso y de ideología ultraconservadora, fue marido de Telma y antes amante de Letizia durante dos largos años dentro mismo de Zarzuela, cuando el matrimonio de los reyes pasaba su peor momento y Letizia se planteó el divorcio para huir con su auténtico amor: Jaime. El libro Final de partida de la prestigiosísima periodista de investigación Ana Romero ya reveló el año 2015 quién era del Burgo y qué pretendía: ser el valido de Letizia, el asesor, su mano derecha, jefe de la secretaría de la reina, un cargo equivalente al de jefe de la Casa Real de Felipe, que ahora es Camilo Villarino. Pero EN Blau ya explicó que gracias a los escoltas de Letizia, Felipe conocía en tiempo real la aventura extramatrimonial de Letizia y Zarzuela hizo entender a Letizia que tenía que expulsar a Del Burgo de su cama y de su vida. La reacción del amante fue lo más turbio de todo: casarse con la cuñada de Felipe, la hermana mediana de Letizia: Telma Ortiz Rocasolano. Esta es la parte más inexplicada de todo el triángulo amoroso, convertido en cuadrado.
Ana Romero explica este extraño matrimonio de Telma y Jaime del Burgo "El 11 de mayo de 2012 el gran confidente entra en la familia de su admirada reina Letizia a través de su matrimonio con Telma, a la que conoció 8 años antes en la boda de los príncipes. Todo es extraño de principio a fin. Se casan en el monasterio de Leyre solo en compañía de los padres de Jaime y de Amanda, la hija de Telma que tiene 4 años. Anunciaron un traslado de Telma al extranjero que nunca se produce. Ella regresa a Barcelona con su hija y él sigue viviendo en el extranjero. Menos de 2 años después hay un amago de divorcio que se queda en nada. En 2015 la relación es insostenible. Del Burgo da muestras de cierta inestabilidad emocional". Telma se casó engañada: creía que Del Burgo la quería a ella pero en en realidad quería seguir dentro de la Corte de Letizia, cerca de la reina. O lo pactó así.
El libro relata cómo aquel era un matrimonio fake, nulo de pleno derecho porque Telma y Jaime nunca convivieron bajo el mismo techo. Otra cronista monárquica sin censura, Pilar Eyre, reveló que cuando Del Burgo visitaba a su mujer en Barcelona no vivía con ella en Sarrià sino en el Hotel Arts, donde supuestamente podía verse con Letizia sin levantar sospechas: "Él vivía entre Suiza y Estados Unidos y Telma siguió residiendo en Barcelona, pero lo más extraño es que cuando del Burgo la visitaba, se alojaba en el Hotel Arts en lugar de compartir con su mujer el piso de Sarriá". Una cosa es que el matrimonio viviera en países diferentes por cuestiones laborales. Es extraño pero puede pasar. Lo que ya es increíble es que cuando Del Burgo visitaba a su mujer en Barcelona nunca vivía con ella en el piso de soltera de Telma sino que prefería vivir solo y pagar una suite del Hotel de cinco estrellas delante del mar, uno de los más lujosos de Barcelona. Eso destapa la cruda realidad: había un pacto secreto a tres bandas entre Telma, Jaime del Burgo y Letizia, el pacto barcelonés: "Os casáis, no hace falta que vivís juntos, ni cuando compartís ciudad, pero simuláis que sois un matrimonio".
Visto ahora, sabiendo que Del Burgo y Letizia eran amantes, aquella no convivencia de Telma y Jaime revela una hipótesis cierta: la relación entre Jaime y la reina siguió siendo de amantes cuando eran cuñados. Pero ni del Burgo ha reconocido eso en twitter. Queda pendiente que explique la auténtica verdad de su matrimonio con Telma pero ha arrojado su proyecto de libro a la basura y la serie que dice que producirá no se hará nunca. Para entender al personaje, vanidoso y turbio, Ana Romero inicia el capítulo sobre el Burgo con una frase brutal que el amante de Letizia le escribió a su periodista y amigo Pedro J. Ramírez: "Me van a matar".