Telma Ortiz ya no esconde su romance con el abogado irlandés Robert Gavin Bonnar. Después de que las fotografías de la pareja en el Festival de Pedralbes (que ofrecimos desde EN Blau) salieran a la luz, ahora ha sido la revista '¡Hola!' la que confirma la relación con imágenes bien elocuentes de lo que pasa entre la hermana de la reina y Bonnar, casado con la violinista Sharon Corr, miembro del famoso grupo The Coors. La publicación nos muestra a los dos 'morreándose' en público, la prueba definitiva del idilio entre Telma, divorciada hace un par de años del político del PP Jaime del Burgo, y Gavin, que desde junio no comparte vivienda con su (todavía) esposa. La aparición de las fotografías, sin embargo, esconde una maniobra subterránea para satisfacer a la Casa Real, protagonista de la semana en la revista por la llegada de los Borbones a Marivent.
Para encontrar la pasión entre los dos nuevos 'tortolitos' (amistad, según '¡Hola!') tenemos que ir pasando páginas hasta el interior de la revista. Sería demasiado fuerte que las dos hermanas compartieran portada, una haciendo el papelón de familia feliz con las hijas, y la otra "desatada" con un hombre casado y padre de dos criaturas. Pero una cosa es quedar bien con Felipe VI y Letizia, y otra que le birlen la exclusiva, y por eso no han guardado las fotos en un cajón. "Una de cal y una de arena".
La información de ¡Hola! nos explica que ambos se conocieron en Andorra, y que la relación se ha ido construyendo a raíz de la llegada de la familia Corr-Bonnar a Madrid, donde establecieron su residencia. Algunas fuentes, sin embargo, ya apuntaban a que el matrimonio hacía aguas por todos lados. Y la cosa fue todavía más lejos con el traslado del irlandés a Barcelona, concretamente en Sarrià. Ahora bien, todo apunta a que es amor auténtico, ya que la millonaria de la pareja es Sharon: Es decir, que Telma no está interesada en el poder económico de su nuevo chico. Amor, eso sí, "en pecado". Para la Casa Real y para su revista de cabecera, capaz de guardarse la mejor exclusiva de la semana para no "ruborizar" a la monarquía española.