La reina emérita Sofía no gana para disgustos. A sus 85 años sigue recibiendo golpes a diestro y siniestro. En los últimos días ha sufrido dos duros reveses que la han dejado más tocada todavía.
Hace tiempo que la reina Sofía vive arrinconada en la casa real. Su hermana Irene, conocida cariñosamente como ‘tía Pecu’, por lo peculiar que es, ha sido su único apoyo en los últimos años. Ambas viven juntas en la Zarzuela, a unos cuantos metros de los reyes Felipe y Letizia, la infanta Sofía y la princesa Leonor.
Los años más difíciles para la reina emérita Sofía
La tía Pecu es a quien Sofía ha tenido a su lado cuando Juan Carlos la ha apuñalado por la espalda, o cuando este se fue a vivir 'exiliado' a Abu Dabi. Y también cuando la buena relación entre sus hijos se ha desmoronado. Todo empezó con la infanta Cristina, que fue apartada de la casa real por su apoyo incondicional a Iñaki Urdangarin en el caso Nóos; y siguió con la infanta Elena, cuyo apoyo desmedido hacia Juan Carlos I y poco control sobre sus hijos Froilán y Victoria Federica, le han valido ser alejada del núcleo duro de la familia real.
Y como decíamos, dos golpes más en los últimos días. Por un lado, el testimonio del hijo de Ángel Cristo, revelando cómo Bárbara Rey chantajeó al rey Juan Carlos I a cambio de guardar silencio sobre su relación y no publicar una serie de fotos, vídeos y grabaciones que guarda sobre sus encuentros de cama. Por otro, la presunta infidelidad de la reina Letizia a Felipe VI con Fernando del Burgo, ex cuñado de la consorte.
Sofía y la tía Pecu, escapada de lujo a Suiza
Una serie de disgustos que ha intentado diluir haciendo una escapada de lujo a Suiza, a donde ha acudido, como no podía ser de otra forma, con su hermana Irene. Tal y como informa Vanitatis, después de participar en un evento de la Asociación Abrazo Animal en Las Rozas (Madrid) el pasado martes, cogieron un avión y se plantó en Suiza. "Era una visita planeada desde hace tiempo para estar cerca de su hija y aprovechar los días de fiesta", publica el medio. No obstante, no pudo ver a su hija Cristina, que no está allí actualmente. Pero si pudo disfrutar de la relajación en un hotel de lujo que cuesta 800 euros la noche. Se trata de unas instalaciones situadas en Ginebra, cerca del lago Lemán, a donde Sofía e Irene ya han acudido en otras ocasiones en el pasado.