Letizia nunca ha sido querida en los Borbón, especialmente por Juan Carlos y la reina Sofía, tampoco por Irene de Grecia o la infanta Elena. A día de hoy ni tan siquiera por la infanta Cristina y sus sobrinos. La reina ha separado a toda la familia. En 2013 les retiró todas las funciones institucionales y el sueldo que percibían de los Presupuestos Generales del Estado. Por lo menos públicamente, a partir de ese año dejaron de coincidir en actos institucionales. Todo por un intento de salvar la imagen de la corona española. Fue el momento más esperado por la madre de Leonor y Sofía para vengarse de su familia política. Sin embargo, a su verdadera familia siempre la ha llevado en bandeja, especialmente a su mayor apoyo, Paloma Rocasolano.

Paloma Rocasolano ha provocado los celos de la reina Sofía por el trato diferencial en la crianza de sus nietas. Letizia siempre ha priorizado a su madre cuando se trataba de cuidar a sus hijas, algo que ha sorprendido en muchas ocasiones a la emérita porque ella vive a menos de un kilómetro de Leonor y Sofía. Tal vez por ello la enfermera jubilada es la abuela y la hermana de Irene de Grecia es la otra.

Paloma Rocasolano

Los modales de Paloma Rocasolano en la mesa 

La madre de Letizia irrumpió con fuerza en Casa Real. Muchos de los familiares de Felipe se reían de ella, especialmente Juan Carlos. Era una mujer muy vulgar, no tenía nada que ver con la realeza. Toda la familia había aprendido un protocolo y una jerarquía que siempre respetaban, incluso los más pequeños. Pero la familia de la entonces princesa se la saltaba a la tolera haciendo gala de su naturalidad.

Sofia Paloma Rocasolano GTRES

Paloma Rocasolano veraneaba en Benidorm y bajaba todas las mañanas bien temprano con una silla plegable, una sombrilla y la nevera con los bocatas y las bebidas. Se pasaba todo el día con sus padres y a veces con sus hijas. Igual que Letizia demostró que podía ser una gran reina, también lo hizo con su madre. La ex de Jesús Ortiz es una mujer totalmente diferente. Mucho más elegante, sofisticada y educada.

La suegra de Felipe nunca ha gustado a la reina Sofía ni a la tía Pecu. Siempre se quedaban impactadas con su falta de educación, les avergonzaba. Comía con las manos, no sabía escoger los cubiertos adecuados en la mesa, ni utilizar la servilleta, ni tan siquiera limpiar los alimentos. Era un desastre en protocolo. Nunca la invitaban cuando había otras visitas fuera de la familia.