La tía Pecu, apodo cariñoso de Irene de Grecia, ha sido una figura fundamental en la vida de su hermana, la reina Sofía. Ambas han mantenido una relación inseparable a lo largo de los años, y su cercanía es evidente en cómo enfrentan juntas los desafíos de la vida. A pesar de vivir fuera de la Zarzuela, prefiriendo residencias en Londres, Ginebra y Grecia, las dos hermanas siempre han estado allí la una para la otra.

Recientemente, la salud de Irene ha generado gran preocupación. Sufre de Alzheimer en etapas iniciales, según informaron algunos medios, una condición que ha avanzado rápidamente, afectando su capacidad para caminar. Este deterioro se ha hecho público durante un viaje a Creta, donde Irene fue vista por primera vez en una silla de ruedas. Esta imagen ha causado una profunda impresión, mostrando la realidad de su enfermedad.

Irene de GRecia silla de ruedas, GTRES
Irene de GRecia silla de ruedas, GTRES

El estado de Irene de Grecia preocupa tras un viaje a Creta

En Creta, las hermanas presidieron un evento en el Museo de la Antigua Eleuterna, donde se inauguró la exposición "Picasso en Creta: La alegría de vivir". Sofía aceptó participar en este evento solo si Irene podía acompañarla, consciente de que estas oportunidades de viajar juntas a su tierra natal podrían ser limitadas en el futuro. Irene, una princesa de sangre real e hija de reyes, ha visto cómo su vida cambia drásticamente con la enfermedad, llevando ahora una existencia más limitada y dependiente.

Durante el acto en el museo y el posterior concierto, Irene permaneció con una mirada perdida, un triste reflejo de su batalla contra el Alzheimer. Sofía, mientras tanto, no dudó en ayudar a empujar la silla de ruedas de su hermana, en un gesto de amor y solidaridad que no pasó desapercibido. La tía Pecu, que alguna vez fue una presencia vibrante, ahora lucha contra una enfermedad que borra sus recuerdos y su capacidad para moverse con libertad.

La tía Pecu, como Juan Carlos I, condenada a la silla de ruedas

La situación de Irene y el compromiso de Sofía para cuidarla son un testimonio de la fortaleza y el amor entre las hermanas. En medio de las dificultades, su relación es un faro de esperanza y consuelo, mostrando que, a pesar de todo, los lazos familiares pueden superar incluso las pruebas más difíciles.