A la reina Sofía le está tocando vivir momentos difíciles. La emérita está viviendo los momentos más delicados de la monarquía, ocasionados por la severa crisis que atraviesa el matrimonio de su hijo, el rey Felipe VI, y la reina Letizia. La tensión en la pareja es una constante que se acentúa por hechos como las revelaciones de Jaime del Burgo acerca de presuntas infidelidades de la consorte o desplantes como el de este fin de semana, cuando se borró de la ceremonia importante de las dos celebradas en el contexto del funeral de Juan Gómez-Acebo.
Letizia sí estuvo en la sesión vespertina que se celebró en la Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas de Madrid, pero no asistió al acto que tuvo lugar en San Isidro, enfocado al círculo más íntimo del fallecido y que requería la máxima representación de la monarquía.
A la reina Sofía le toca vivir una de las peores crisis de la monarquía española de los últimos años
Asimismo, hay otros asuntos difíciles con los que tiene que lidiar la reina emérita. Por ejemplo, el divorcio de la infanta Cristina, que la ha tenido sumida en unos trámites que han durado dos años y que han sido los más tristes de su vida. Otra carpeta desagradable es el poco caso que le hacen sus nietas por parte de Felipe VI, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Solo los Marichalar y los Urdangarin se preocupan por ella.
Cabe decir que Sofía ha tenido momentos de luz en los últimos años que, en parte, compensan lo sufrido. De un tiempo a esta parte, Felipe ha limado asperezas con sus hermanas, las infantas Elena y Cristina. En este sentido, Sofía desea desde hace tiempo volver a ver unidos a sus hijos antes de morir. Y poco a poco lo está consiguiendo. Felipe vuelve a dejarse ver con sus hermanas, a las que les ha devuelto cierto protagonismo en la agenda real.
El estado de la tía Pecu preocupa profundamente a la reina Sofía
No obstante, hay algo que no deja disfrutar en plenitud a la reina Sofía de un momento que debería rebosar felicidad. Esto es el delicado estado de salud de su hermana, Irene de Grecia, conocida como la ‘tía Pecu’ en sus círculos cercanos.
Desde hace tiempo, Irene ha mostrado signos preocupantes de deterioro físico y cognitivo, lo que ha sido motivo de gran angustia para Sofía. En julio, durante un viaje a Creta junto a su hermana, Irene fue vista en silla de ruedas y con un semblante perdido, lo que encendió las alarmas sobre su estado de salud. Fuentes cercanas aseguran que Sofía ya está preparando a la familia para lo inevitable, consciente de que el momento fatal podría estar cerca. Se dice incluso que Sofía se estaría planteando mudarse temporalmente a Grecia con Irene para que pueda cumplir su deseo de pasar allí sus últimos días.
Tal es la gravedad de la situación que Irene ni siquiera pudo asistir al funeral de Juan Gómez-Acebo, un acto significativo para la familia. Su ausencia fue notoria, y muchos invitados se acercaron a Sofía para ofrecerle palabras de ánimo y consuelo, reconociendo el doloroso momento que está atravesando al ver a su hermana en esta condición tan frágil. La salud de Irene ha sido, sin duda, otro golpe emocional para una reina que, a pesar de los desafíos, sigue siendo uno de los pilares más importantes de la familia real.