Irene de Grecia es la tía favorita de Felipe, Cristina y Elena. Vive en Zarzuela desde hace más de cuarenta años. Soltera. La reina Sofía se hospedó a su lado, en una casa preparada solo para ella, cuando descubrió las infidelidades de Juan Carlos I. Los hijos de los eméritos siempre la han llamado “tía Pecu”. Y ha tenido una excelente relación con los nietos de su hermana, menos con Leonor y Sofía. Letizia también las ha distanciado de ella.

La ‘tía Pecu’ es el apoyo más importante para la reina Sofía. Este verano la octogenaria está viviendo uno de sus momentos más difíciles. Quería reunir a sus ocho nietos como aquellos veranos en Marivent de hace más de 10 años, pero no lo ha conseguido. Elena y Cristina se mostraron encantadas con este encuentro, pero Felipe debía consultárselo a Letizia. La reina dijo “no”.

Casa Real amuerzo hotel
Casa Real amuerzo hotel

Además, debido a los compromisos institucionales de los reyes y a las elecciones anticipadas, Felipe y Letizia retrasaron sus vacaciones, este año más cortas que nunca, tan solo dos semanas. Ha pasado las dos primeras semanas de agosto en Marivent, por tanto Elena y Cristina, así como sus respectivos hijos, no han podido aparecer por Palma de Mallorca.

La reina Sofía e Irene atraviesan el peor momento de su vida sin Constantino 

Así la reina Sofía se ha quedado completamente sola en Marivent. A diferencia de otros veranos, no se la ha visto salir del palacio en ningún momento. Ella siempre acostumbraba a asistir al cine, a conciertos, de compras o a cenar fuera, este año nada. Se ha encerrado entre las murallas. Solo con Irene de Grecia.

Infanta Elena, Cristina e Irene de Grecia
Infanta Elena, Cristina e Irene de Grecia

En las pocas apariciones públicas con los reyes y sus hijas, la reina Sofía se mostró visiblemente triste. Con una sonrisa forzada. Este verano también se le suma la ausencia de su hermano Constantino de Grecia, que falleció hace unos meses. A las dos hermanas les afecta esta pérdida. Ambas no han podido disimular ese estado de melancolía. Siempre solas y abandonadas, como unos familiares de segunda.