Zarzuela es un Palacio pero en realidad es un conjunto de edificios, entre los cuales destaca el Pabellón del Príncipe, donde residen solos Felipe y Letizia, y el antiguo Palacio donde residía Juan Carlos y donde ahora solo hay dos habitantes fijas: la reina Sofía y su hermana Irene de Grecia. Temporalmente, estos días se ha instalado una quinta habitante: la otra Irene, la hija pequeña de la infanta Cristina: Irene Urdangarin. Con la excusa de sacarse el carnet de conducir en Móstoles, la chica de 18 años entra y sale solo con la compañía de dos ancianas, Sofía que acaba de cumplir 85 años y la tía Pecu, por peculiar, Irene de Grecia que a los 81 años sufre de Alzheimer. Lo reveló la revista Lecturas y ahora es Hola quien explica toda la verdad de la habitante más extraña de Zarzuela.
La publicación más royal intenta no poner nombre a la demencia que sufre Irene y en ningún caso hablan de Alzhéimer, llegando a afirmar que no está diagnosticada de nada, a pesar de las frecuentes visitas al médico. Escribe Hola que Sofía e Irene son almas gemelas, confidentes y cómplices. Reconoce que dentro de la Familia Real la denominan la tía 'Pecu', que para Felipe es como una segunda madre, y revelan cuáles eran las pasiones que la hacían peculiar: "amante de la cultura hindú y del yoga, refugiada en sus libros, en la música -aprendió piano con la pianista Gina Bachauer e incluso llegó a dar concierto como profesional- y en la familia". Ahora ya no puede valerse por ella sola.
Letizia fue la primera que hizo público que la tía de su marido no estaba bien, sosteniéndola en una salida mallorquina el verano pasado. Aquella fue la primera señal que puso a la prensa en alerta: el gesto inusual de Letizia quería anunciar que Sofía tenía una hermana con alzhéimer y que Casa Real asumía el coste de cuidarla. El servicio de Zarzuela no ha notado mucho la diferencia, hace años que tía Pecu vive del erario público español. Irene está arruinada ya que, según Hola, dio toda su herencia a una ONG, Mundo en Armonía. Hace años que vive del Presupuesto de Casa Real:Fue en los años ochenta cuando llegó a la capital. No entraba en sus planes, pero, tras vivir junto a su madre, la reina Federica, en la India, “vine a Madrid para pasar cinco días y me quedé cinco años. Y según pasaba el tiempo entendí que mi lugar estaba al lado de Sofía”.
Su vida privada es un misterio: "Nunca se casó ni tuvo hijos, pero esos hijos que nunca tuvo son sus sobrinos". El meollo es su estado de salud:"A sus 81 años, Irene tiene problemas de salud -superó un cáncer hace muchos años-, y aunque no hay un diagnóstico, sufre un deterioro cognitivo. Sofía está preocupada por su estado. Nunca lo pensó porque es la hermana mayor, pero es la vida. También su querido hermano pequeño, el rey Constantino de Grecia, se fue antes que ella. La reina está pendiente de sus citas médicas (...). Está decidida a aprovechar todos los momentos. Hablan de la vida, de la familia, de mística y de filosofía oriental, sin dejar de hacer planes". Esta es la realidad de Sofía e Irene, dos octogenarias con la salud delicada y la hermana mayor le habla de mística a la pequeña, que sufre demencia senil. Como en muchas casas pero en un Palacio lleno de lujos, comodidades y atenciones. Que nadie sufra por ellas.