Irene de Grecia es la máxima preocupación de Casa Real en estos momentos, especialmente de la reina Sofía. El mes pasado la revista Lecturas reveló que la conocida como tía Pecu padecía Alzheimer, la enfermedad está muy avanzada. Letizia ha puesto a disposición de la tía de Felipe VI un médico todos los días para que la enfermedad avance de la forma más lenta posible y personal de servicio solo para ella las 24 horas del día. Irene es ya parte de la familia en Zarzuela. Se instaló en palacio hace cincuenta años. Como ella misma contó hace unos años, solo venía para unos días que se alargaron en el tiempo.
La hermana de Sofía se quedó soltera y finalmente decidió instalarse en Zarzuela con los eméritos. La madre de Felipe siempre ha protegido a su hermana pequeña. Para sus tres hijos, la reina Federica buscó el mejor marido. Les recordaba constantemente que su obligación era casarse con alguien de bien. A Irene no le gustaba ninguno de los pretendientes que se le ofrecían. Ni Mauricio de Hesse, del que Irene estaba enamorada, ni Miguel de Orlèans, ni Harald de Noruega, el favorito de Sofía. Tampoco Juan Carlos, también fue la primera opción para Irene antes que Sofía. Nunca se confirmó, es un secreto a voces.
La reina Federica organizó un crucero en 1954 para promocionar Grecia y para encontrar marido de a sus dos hijas. Al viaje estuvieron invitados los jóvenes de las realezas europeas. En ese barco consiguió que su hija Sofía fuese reina. Sin embargo, a Juan Carlos nunca le gustó la madre de sus hijas, se fijó más e Irene, pero a la reina Federica no le convenía ese noviazgo. La hermana pequeña de Constantino estaba enamorada del emérito, pero cuando éste se casó con la reina Sofía, Irene se quedó como la soltera de oro.
Juan Carlos rompió todas las citas de Irene de Grecia
Pasaron los años e Irene de Grecia se desvinculó completamente de los hombres. Después de un golpe de exilio, la familia griega tuvo que exiliarse y terminó viviendo en la India, allí la hermana de Sofía conoció un halo ‘místico’. “Casi divino”. Cuando se instaló en España conoció al cuñado de Juan Carlos, Gonzalo de Borbón, pero el emérito prohibió esa relación. “Si sigues adelante con mi cuñada, te expulsaré de España”, le advirtió muy enfadado el entonces rey según Pilar Eyre. Él le conocía bastante bien y no quería que su fama de mujeriego acabara haciendo daño a la hermana menor de su mujer. “Gonzalo, al que tampoco le debería gustar mucho la princesita griega, obedeció sin rechistar”.
El segundo pretendiente tampoco fue del agrado de Juan Carlos. Se trataba de Jesús Aguirre, “oye, tú, deja en paz a mi cuñada, que es una inocente y todo se lo cree... No la enredes, no quiero que vuelvas a llamarla”, le dijo el emérito al exsacerdote. Y eso que ambos estaban destinados a entenderse.