Los premios Princesa de Asturias se han entregado este viernes en el Teatro Campoamor de Oviedo, en medio de una tarde donde caían cuatro gotas, pero donde finalmente los paraguas no han hecho falta. Dentro del recinto, la princesa Leonor ha estado acompañada de sus padres, aunque Felipe ya ha perjurado que a partir del próximo año, cuando no haría falta que fueran más, dejándole el camino solo a su hija mayor, seguirán acompañando a la heredera en un acto que gusta mucho a la familia real. Felipe, Letizia, y sus hijas Leonor y Sofía, han lucido sus mejores galas ante el público asistente. Una gala donde la reina no ha sido Letizia ni Leonor, sino la maravillosa Meryl Streep. Mucha emoción en los Borbones, mucha complicidad entre las hermanas Leonor y Sofía, muchos invitados, muchas gaitas y una gran ausente.
Más allá de los reyes, de la heredera y de la infanta, también han tenido un enorme protagonismo dos mujeres, las madres de los reyes, la reina emérita Sofía y Paloma Rocasolano. En cambio, la grande ausente ha sido Irene de Grecia, la hermana de la reina Sofía, como una segunda madre para Felipe, Cristina y Elena, que sufre problemas de memoria y empieza a tener síntomas de alzhéimer, y a quien han dejado en Zarzuela. Una situación que ha entristecido a la que conocen en palacio como tía Pecu. Y más, viéndose dos imágenes que se han visto durante la ceremonia. Por una parte, ver cómo su hermana querida Sofía hacía el paripé con su nuera Letizia. No se soportan y en cambio, este viernes en Oviedo parecían amigas íntimas, regalándose gestos de complicidad de cara a la galería, e incluso, alguna sonrisa. Ver así a Sofía, tragándose el orgullo, sabiendo cómo odia su hermana a la reina, debe haber sido difícil de tragar para Irene.
Por otra parte, ver también el gran protagonismo que tenía la madre de Letizia, ver cómo todo el mundo destacaba la emoción de Paloma Rocasolano en el patio de butacas, sin poder contener la emoción, lágrimas al oír el discurso de su nieta Leonor. La abuela materna de la protagonista, Paloma, escuchaba atenta a Leonor y solo empezar, se ha emocionado y ha empezado a llorar, sollozando discretamente y tocándose el collar de la cruz de la victoria que lleva en el cuello.
Dos imágenes que habrán emocionado a Irene, que hubiera deseado estar allí al lado de su familia.