Corinna. El nombre de pila más famoso de España. Nadie sabe añadirle ningún apellido. No es Borbón, no es Ortiz Rocasolano, no es famosa de TV, no es artista. O sí, artista de los negocios, de convertir una cabellera rubia y un talento para trepar en millones de euros en la cuenta. Unas donaciones de su examante Juan Carlos que ahora vuelven a la actualidad con el último paso en falso del emérito: denunciar a su examante en los tribunales. Juan Carlosan la desesperada, contra Miguel Ángel Revilla, contra Corinna Larsen, contra su propia sombra. Solo falta que denuncie a su hijo por enviarlo al exilio. Corinna es la yesca del pecado, es el inicio de todos los males del emérito, es la razón por la cual es emérito y no rey a secas. El escándalo Corinna fue la palanca de la abdicación pero antes que hacerlo caer Corinna lo elevó hasta hacerlo creer que reinarían juntos como marido y mujer. Primer rey divorciado cuando reina, inédito en Europa. Por eso había que buscarle un título a Corinna y Pilar Eyre lo revela en Lecturas: la intención del rey era otorgarle a su futura esposa como regalo de bodas el título, inédito, creado para ella, de "princesa de Borbón"

Escribe Eyre: " "Fueron ocho años en los que Corinna dominó con mano de hierro al jefe de estado y fue una especie de reina en la sombra. Ella le pregunto por Sofía y el rey contestó, “no te preocupes, no se entera de nada”. Pero si se enteró. La llamaron sus primos alemanes y le dijeron que fuera con cuidado porque Corinna era una vampiresa sin escrúpulos. Corinna vivía en un Palacio con su hijo de 10 años, Alexander, en la Zarzuela, la Angorilla. Tenía la misma escolta que la reina y seguían el mismo protocolo, si quería ir de compras se telefoneaba a la tienda para que la cerraran. Juan Carlos y Corinna hasta se hicieron un lifting juntos en la clínica Planas de Barcelona. Se sentían tan a gusto allí que incluso alquilaron un pequeño apartamento en la misma clínica para dar cenas. Fue cuando Juan Carlos, enamorado y agradecido, quiso darle el título de “princesa de Borbón” y decidió casarse con ella. Le pidió la mano a su padre, se lo dijo a Rajoy y después se reunió con sus hijos para comunicárselo. Al final no es que desistiera, es que Corinna se enteró de que le había sido infiel, por una parte, y por otra parte empezó a rumorearse que estaban intentando que abdicase".

Corina podría soportar casarse con Juan Carlos y tener un marido infiel, pero no un marido pobre, un marido sin poder, un marido ex-rey. Por eso ella lo dejó, por dejarse arrebatar la Corona, por pipiolo. Y un detalle según Eyre: "En la cama ya no funcionaba". Por no empalmarse.