Letizia no es Dulceida ni Maria Guardiola. Alguien de Zarzuela tendría que informar a la reina consorte de que puede hablar con un micro, puede conceder una entrevista, puede escribir un artículo, que no hace falta que solo hable a través de su ropa. Empieza a ser ridículo que la totalidad de la información que corre en la mayoría de prensa rosa sea solo de cómo va vestida la Primera Dama. No tiene agenda, no abandera una casa, solo va donde le dicen. Y cuando elige ropa envía mensajes absurdos, desde irritar a su suegra vistiendo como el día que humilló a Sofía a desafiar indepes de rojo España. Pero este viernes en un acto de Premios en Valencia ha escogido un traje tan vaporoso en pena ola de frío que a contraluz ha enseñado hasta la ropa interior:
Letizia ha hecho correr que tiene personal trainer, rocódromo privado y dietista que es healthy, o como diría un médico, vigoréxica. Obsesionada con su imagen, a estar hipermusculosa, delgada y operada para esconder los 50 años que todo el Planeta ya sabe que tiene. Se conservaría mejor como Máxima de Holanda, natural y con las arrugas que tocan. Pero no. Ya no es que eclipse el rey Felipe, una tarea que no parece titánica. Es que eclipsa lo que se espera de ella, ser un icono de la modernidad, la proximidad con el pueblo y la feminidad entendida como igualdad de géneros. Siempre en un papel secundario y centrada en la imagen. Y encima, la pifia. El vestido vaporoso era del todo absurdo en la fría Valencia de casi diciembre.
Solo Diez minutos ha osado narrar la pifia"El contraste de la luz de sol con las cámaras de los fotógrafos han hecho que Letizia viva un momento 'tierra trágame' con su vestido. A su llegada a la Lonja de los Mercaderes, Felipe VI y Letizia ha sido recibidos con aplausos y vítores que ellos han correspondido, saludando y con una gran sonrisa. Para la ocasión, la Reina ha recuperado el vestido de lunares y plisado de Emporio Armani que estrenó en febrero de 2020. Un modelo que Letizia ha repetido en varios actos, pero que este 25 de noviembre es noticia por la imagen en la que se le transparenta toda la falda". Imagen ampliada:
Peñafiel detesta las transparencias y la zurra como un día en Palma:: "Letizia se presentó con un look inapropiado. Mientras Doña Sofía y la Infanta Elena vestían de manera informal, Letizia lo hizo con un look en negro: top con transparencias y lentejuelas sin mangas mostrando sus musculosos brazos, pantalones de satén, gigantescos pendientes y sandalias de tiras de pitón. Por no ser ni el lugar ni el momento resultaba ridícula. ¿recordará Letizia aquel gratuito desaire a la Infanta Pilar?". El look le ha quedado gravado a Peñaiel con fuego:
A Letizia le convie despedir a su estilista y contratar a un buen asesor de imagen. La ropa y la imagen son dos cosas diferentes.