Lejos de alejarse de los focos, Victoria Federica mantiene un ritmo de vida frenético en España, entre eventos sociales y colaboraciones como influencer. Mientras su hermano, Froilán, fue trasladado a Abu Dabi para alejarlo de las polémicas, ella ha seguido consolidando su imagen pública, aunque no siempre para bien.
Esta actitud ha tenido repercusiones en su relación con su madre, la infanta Elena. La decisión de Victoria de renunciar a estudiar para centrarse en su faceta mediática ha abierto una brecha con la infanta, que observa impotente cómo sus intentos de reconducir el rumbo de su hija no terminan de cuajar.

La vida de Victoria Federica sigue sin gustar en la casa real
Entre las mayores preocupaciones de la familia está su exposición mediática. Su participación en entrevistas o en ‘El Desafío’ de Antena 3 suelen generar un sinfín de críticas y burlas. Entre otras cosas, por sus comentarios fantasiosos, como cuando dijo que se llevaba bien con sus escoltas, pero se conoce que estos están más que hartos de ella.
En la Casa Real, aunque ya desligados oficialmente de sus movimientos, tampoco ocultan su inquietud. La exposición constante de Victoria en redes y su vinculación con ciertos ambientes no ayudan precisamente a preservar la imagen de discreción que la institución trata de mantener.
Propuestas no han faltado: se llegó a plantear un traslado temporal de Victoria a destinos como Estados Unidos, siguiendo el ejemplo de su hermano. No obstante, el veto de Jaime de Marichalar y la resistencia de la joven dejaron claro que su intención era permanecer en España, a pesar de las recomendaciones.

Victoria no logra dejar el tabaco
Pero a Elena no solo le preocupa lo que ve el público. Algunos de sus hábitos también molestan profundamente a Elena. Especialmente el del tabaquismo. Un vicio que Victoria no logra superar. Elena ha financiado dos tratamientos médicos para ayudarla a dejar el tabaco, pero ambos procesos han fracasado. La falta de compromiso de Victoria y su vida social intensa habrían jugado en contra de cualquier avance.
Cabe decir que la propia infanta Elena también ha luchado durante años contra el tabaco, sin lograr erradicar del todo el hábito. Una historia que ahora parece repetirse en su hija, aumentando la frustración familiar.