Sofía de Grecia carga el pecado original en su nombre. Es la única de la Familia Real que no se apellida "de España". Juan Carlos de España, Felipe de España, Sofía de Grecia. Es todavía, técnicamente, la esposa de Juan Carlos, tiene sangre real pero de otra casa, y como si fuera Juego de tronos, un Lannister no soporta a un Stark. La emérita siempre ha sido vista dentro y fuera de "la Casa" como una extraña. No habla castellano ni cuando lee un discurso. No se le entiende nada. Habla inglés con todos, sus hijos y con el servicio. Solo tiene una amiga y es griega como ella: su hermana pequeña Irene, tía Pecu. Sigue cobrando un sueldo millonario de los Presupuestos del Estado, una asignación por presidir actos como el de este jueves en el Zoo de Madrid con los osos Panda, como cuando hace años apadrinó a otros plantígrados chinos en el mismo recinto de animales. Abraza un oso de peluche como abrazaría a su marido: asfixiándolo:
Sobre Sofía se ha escrito mucho, que es homófoba, cree en OVNIS y en brujería. Carga extraños amuletos, anillos y colgantes como si fuera una tarotista de la tele. Es célebre por aguantar los cuernos del marido durante décadas, cambiando dignidad por estatus. Se sabe todo de ella excepto una cosa: su papel en la abdicación de Juan Carlos. La leyenda negra asegura que el emérito se negaba a abdicar. Pilar Eyre explicó ayer en TV3 que Corinna le dijo que no lo hiciera que sería su final, cómo así fue. Sin el poder lo han enviado al desierto dejándolo que conserve su inmensa fortuna, calculada en 1800 millones de euros, de dinero negro. No es un mal pacto para un casi nonagenario. Pero Sofía perdía más que Corinna con la abdicación. Ahora que hará 10 años de aquel momento, quien fue jefe de Casa Real de Juan Carlos, el condenado por corrupción Rafael Spottorno, revela el papel de cada uno.
En un acto en el Ateneo de Madrid Spottorno ha reconocido que todo fue obra de Felipe y Letizia, y que Sofía fue marginada en el proceso. Ni cómplice, ni conocedora, se lo encontró hecho: "En el proceso de preparación de la abdicación, tuvo un papel preeminente Felipe de Borbón y Grecia, quien estuvo al tanto de todo y participó en las reuniones del equipo de trabajo interno, en algunas de las cuales también estuvo la entonces princesa Letizia. Respecto a la reina Sofía, no tuvo ni arte, ni parte en la decisión de Juan CarloI. Su hijo la compartía desde el momento en que se le comunicó, pero la Reina no tenía nada que decir. Se encontró despojada de su condición de reina sin haber participado en la decisión".Sofía confirma así lo que todos temíamos: que no se entera de nada, que va al zoo o a la abdicación de su marido con la misma actitud. No pinta nada.
Juan Carlos sabe quién empujó para que se marchara: Felipe y Letizia. Este fue el cemento que unió al matrimonio de los actuales reyes. En plena crisis matrimonial por los cuernos con Jaime del Burgo, paralizaron el divorcio como lo acaba de hacer Margarida de Dinamarca con su hijo Federico, que al ver que se divorciaba de Mary por los cuernos le dijo espérate que abdico y heredáis ya. No hay vínculo matrimonial que una más que el poder. Letizia siguió casada porque le dijeron que no tendría que esperar 20 años más a que Juan Carlos muriera: sería reina ya. ¿Y Sofía? Acaricia un peluche de oso panda.