La reina Letizia enfrenta un periodo de turbulencia en su vida personal y profesional, marcado por la pérdida de poder en la institución monárquica y en su propia familia. Desde que se ha iniciado una campaña de desprestigio en su contra, la posición de Letizia ha sido cuestionada repetidamente. Esta situación ha sido exacerbada por los rumores de una supuesta infidelidad con Jaime del Burgo, un escándalo que, según se dice, ha sido un detonante crucial en la crisis de su matrimonio y su pérdida de influencia.
Una señal clara de que Letizia ha visto disminuido su poder de decisión es la reciente mudanza de Irene y Miguel Urdangarin a Zarzuela. Anteriormente, Letizia ya tenía que lidiar con la presencia ocasional de Victoria Federica, y ahora, con la llegada de los hijos de la infanta Cristina, la situación en la residencia real se ha vuelto aún más complicada. Irene, tras terminar su voluntariado en Camboya, ha regresado a Madrid para resolver asuntos pendientes antes de partir a estudiar en el Reino Unido en septiembre, siguiendo los pasos de sus hermanos Juan y Miguel.
Demasiados inquilinos en Zarzuela para el gusto de la reina Letizia
Por otro lado, Miguel, que estudió biología marina en el Reino Unido, ha decidido tomarse otro año sabático tras sufrir una lesión mientras esquiaba. Su sueño de convertirse en profesor de esquí tendrá que esperar, y mientras tanto, se ha instalado en Madrid con su abuela, la reina Sofía. Esta situación ha permitido que Miguel disfrute de una mayor libertad, ya que la emérita no impone ningún control riguroso sobre sus nietos.
La presencia prolongada de Miguel en Zarzuela es otro punto de fricción para Letizia. Mientras Irene se irá en septiembre y posiblemente pase el verano de vacaciones, Miguel permanecerá en la residencia real hasta que pueda retomar sus estudios el próximo año. Esta convivencia forzada aumenta la tensión en el ambiente familiar y afecta la dinámica en la Zarzuela.
La infanta Cristina quiere pasar una temporada en Madrid
El vía crucis de Letizia no termina aquí. En los últimos días, algunas furgonetas de mudanzas se han acercado recientemente por Zarzuela, llevando pertenencias de la infanta Cristina. La cuñada de Letizia planea instalarse en Madrid por una temporada para estar cerca de sus hijos, al menos hasta el final del verano. Esta acumulación de presencias familiares y la reconfiguración de la residencia real subrayan la pérdida de poder y control de Letizia dentro de la familia real. La reina consorte se ve obligada a adaptarse a estas nuevas circunstancias, aceptando un papel más secundario y discreto, mientras que la influencia de otros miembros de la familia parece estar en ascenso. Y es que si una cosa está clara, es que hace unos meses esta situación sería impensable.
En cualquier caso, Cristina tampoco estará demasiado tiempo. Ni puede pasar más de medio año en España si quiere seguir tributando en Suiza y evitar el fisco español.