Victoria Federica ha vuelto a ser la gran protagonista de estos últimos días por su nuevo enfrentamiento con la prensa. Desde hace unos años, la hija de Jaime de Marichalar y Elena de Borbón decidió convertirse en influencer, algo que no gustó a Casa Real por su exposición mediática. Aunque es una de las integrantes de la familia Borbón, no ha conseguido un gran impacto en las redes sociales, y es que su comportamiento no atrapa a nadie. Madre e hija discuten en numerosas ocasiones, pero tienen más parecidos de los que ellas mismas se piensan. Las dos son de armas tomar.
En más de una ocasión se ha criticado a Victoria Federica por parte de los periodistas debido a su comportamiento ante las cámaras. Se cree que es superior a los demás solo por pertenecer a los Borbón. Un trato totalmente diferente al que muestran los verdaderos reyes, Felipe y Letizia, y su digna sucesora, la princesa Leonor.
La infanta Elena también ha sido criticada en numerosas ocasiones por su comportamiento. También destacan sus aires altivos. La hija de Juan Carlos siempre ha dejado claro a todo el mundo que ella es la hija de los eméritos, antiguos reyes de España, y merece un respeto. Siempre intenta que se la invite a todas partes y consiga todo lo que quiere.
La infanta Elena y Victoria Federica discuten constantemente
"La infanta tiene majestad. Es majestuosa. Y brilla, aunque esté en un segundo plano. Es una secundaria de lujo para la Corona. Ella es Borbón cien por cien. Tiene sentido de la Historia y sabe cuál es su deber. De haber sido reina de España, hubiera desempeñado su papel magníficamente", aseguraba el marqués de Griñón. Aseguran que en más de una ocasión ha discutido con su personal de seguridad por desavenencias, pero también con la prensa. "Quién coño me ha movido el dial de la radio?”, pregunta enfadada al subirse al vehículo. “He sido yo”, dice rápidamente uno de los escoltas temeroso de las consecuencias. Viven con miedo de las reacciones de Elena, no se pueden permitir ningún fallo.
Madre e hija discuten muy a menudo y eso lo saben bien sus propios vecinos. Están cansados de las peleas de Elena y Victoria, y también de las fiestas que la progenitora organiza en su piso todos los fines de semana con su grupo de amigos.