Parece que la infanta Elena no ha podido estar tranquila tras el apaciguamiento de Froilán, el que hasta la actualidad es considerado el hijo más problemático de los Marichalar Borbón. El joven no era criticado por su educación o personalidad, su mala fama provenía de su gusto por las fiestas a altas horas y las situaciones polémicas que las rodeaban. Pero Victoria Federica no se queda atrás, en realidad resulta el mayor dolor de cabeza de la infanta. Y es que los vecinos también están hartos, te contamos por qué.
Desde que Victoria Federica eligió crear un perfil público en redes en 2021 y se hizo un nombre como influencer, la infanta Elena lo ha desaprobado. Todas sus preocupaciones respecto a la exposición a la que se somete su hija y las críticas de los medios finalmente le dieron la razón. Ahora que la joven no es nada discreta y está envuelta en tantos escándalos, ha aumentado la tensión en el círculo familiar. Uno de los problemas es que no termina de entender que debe conducirse de manera profesional, son muchos los incidentes que avivan las especulaciones.

En los platós de televisión, la sobrina del rey Felipe VI ya tiene un perfil poco edificante. De seguir así, su futuro se verá comprometido por estas actitudes poco conservadoras. Así pues, la relación entre madre e hija ha sido motivo de preocupación en los últimos tiempos. Frecuentemente, tienen confrontaciones, son incapaces de convivir en armonía y se evitan. Pese a que intentan mostrar su mejor cara y hacer creer que todo va bien entre ellas, los últimos hechos dan mucho de qué pensar. Sobre todo, el incidente con los vecinos y la intervención de la policía.
Las fiestas descontroladas en el domicilio de la infanta Elena
Según lo que reportan aquellos que viven en el mismo vecindario que Elena de Borbón, se escuchan gritos y portazos muy a menudo. Pero lo peor han sido las fiestas desenfrenadas, la música a todo volumen y el escándalo que hacen todas las personas invitadas a esta residencia. A pesar de las quejas, la situación no ha mejorado y la paciencia de los residentes se agotó. La responsable de todo es Victoria, que empezó a seguir los pasos de su hermano y habría generado problemas en el vecindario. El asistir a reuniones y consumir alcohol la descontroló al punto de vivir en esta burbuja de excesos.
Los vecinos decidieron dejar las advertencias a un lado y pasar a la acción, por lo que tomaron medidas más contundentes. Siendo testigos de los disturbios y la interrupción de la tranquilidad, decidieron llamar a la policía para detener estas salvajes reuniones. Es por ello que los policías han tenido que intervenir en más de una ocasión, parece que es una lucha entre la nieta de los eméritos y los demás ciudadanos.

Es poco lo que la infanta Elena puede hacer, pues su hija recibe el apoyo de su padre, Jaime de Marichalar. Tener a Jaime en su contra y sin ningún otro respaldo, contribuye a empeorar la situación. Cada vez que se va de su casa a algún viaje o a cumplir con un compromiso su hogar se convierte en un club de fiestas y termina en el más absoluto caos.