La infanta Elena, hija mayor de los Reyes eméritos Juan Carlos y Sofía, ha mantenido un perfil bajo en los últimos años. Aunque ha tenido una presencia constante en la sociedad española, ha preferido mantenerse al margen de la política y los asuntos de la monarquía. Aunque no ha necesitado esconderse mucho. Su papel ha sido eclipsado por la cantidad de titulares que genera su hijo mayor, Froilán.

Una infanta Elena que, desde su separación de Jaime de Marichalar, ha estado soltera y se ha centrado en su vida personal. Según los rumores, ha sido vista frecuentando lugares de moda en Madrid con su grupo de amigos y su mascota. Sin embargo, las últimas polémicas en la familia real han provocado un distanciamiento entre ella y su hermano Felipe.

El vicio oculto de la infanta Elena

Recientemente hemos sabido de un supuesto vicio oculto de la infanta Elena. Una noticia que ha revelado un detalle sobre la vida privada de Elena en el que la hija del rey emérito Juan Carlos I ha invertido miles de euros.

Parece ser que a la infanta Elena le apasionan los juegos de azar. La infanta se deja buenas cantidades de euros en probar suerte en la lotería, la primitiva, las quinielas, la ONCE, y todo lo que tenga que ver con apuestas. Incluso online. Es cierto que tiene la vida solucionada económicamente y que no necesita ninguno de esos premios. A ella ya le tocó la lotería. No con la familia, pero si en la cuenta corriente. Pero apostar es algo que le puede.

Frolilán, Victoria Federica y la infant Elena / EFE

Elena sueña con un día hacerse con algún premio gordo. Con tener esa sensación de ganar la lotería que pocos afortunados suelen experimentar a lo largo de su vida. Quizás haya tenido que ver en este vicio su pasión por la hípica. Quienes han apostado en las carreras de caballos  conocen la adrenalina que genera hacerlo.

También estuvo enganchada a la 'Teletienda'

No es el único vicio en el que la infanta Elena se ha dejado miles de euros. En su momento La Razón publicó sobre la adicción de la hermana del rey Felipe VI a comprar productos de la Teletienda. Lo compraba casi todo, sobre todo aquellos que servían para bajar peso rápida y fácilmente. Una “adicción” que ya tenía a los 27 años.

“Año 1990, Palacio de La Zarzuela, nadie tiene la más mínima sospecha de lo que ocurre cada noche. La adicción de doña Elena es... La teletienda. Elena repetía cada madrugada el mismo ritual, comprar casi todo lo que veía en la teletienda. Casi todo le gustaba pero su debilidad eran los productos adelgazantes. Para evitar que su familia se enterara y la metieran en una clínica de desintoxicación se buscó unos cómplices: los hermanos Álvaro y Ricky Fuster (amigos de la família). Ellos eran las personas que recogían la mercancía comprada por doña Elena”, explicaban en ‘Socialité’.