Ya es oficial. Victoria Federica es una ni-ni. Ni estudia ni trabaja. Bien, quizás hay alguien que discute esta afirmación, porque vivimos la era de la eclosión de la sobrina del rey Felipe VI como influencer del momento e it-girl de moda. Ha convertido su pasión y actividad principal, la juerga, en una forma de ganarse un buen dinero y mantener su ritmo de vida de lujo. Tampoco es que le haga falta, porque ya sabemos que tiene de otras vías de financiación. Pero vaya, que se supone que eso que hace es trabajo. En fin. No ha trabajado en su vida, ni lo hará nunca. Lo que no sabíamos, pero sí intuíamos, es que la quinta en la línea de sucesión a la Corona ha mandado los estudios universitarios a hacer gárgaras. Si la habían visto poco por el elitista centro de estudios de Madrid donde cursaba Marketing y Comunicación a razón de 20.000€ al año, ahora ya sabemos que no la verán más. Ha abandonado. Bye-bye.
La confirmación ha llegado durante la última emisión de 'El Programa de Ana Rosa' en Telecinco. Un espacio nada sospechoso de ir contra los Borbones, más bien lo contrario. Pero claro, el comportamiento impúdico, exhibicionista y lamentable de la joven de 22 años, así como el de su hermano Froilán, los han convertido en carnaza. Con la parejita no hay miramientos, ni disculpa, ni clemencia. Ahora le toca a Vic, tildada de vaga oficial del reino. La periodista Sandra Aladros soltaba la bomba: "Estuvo matriculada en una universidad americana en Madrid, hizo un curso y medio, pero dejó de asistir porque ha elegido este tipo de vida y ha decidido dejar los estudios". Lo que todo el mundo sospechaba es una realidad. Y tiene consecuencias.
La más directa, el enfado y la ira de su madre, la infanta Elena. Mira que la 'doña' tiene malas pulgas, pero viendo lo que tiene en casa quizás entendemos un poco más su estado de ánimo permanente. Sus polluelos no tienen oficio ni beneficio fuera de las pistas de baile, de los reservados, de los photocalls y de la hoguera de las vanidades. Nada que dignifique su posición de privilegio ni que la haga sentir orgullosa. Y además, la actitud de la niña le ha costado la bronca telefónica de su hermano rey, con lo que le gusta que le tiren de la oreja. Pero es que la situación es insostenible. No tienen remedio. Nunca pasarán de "hijos de", "sobrinos de" o "nietos de". Si tuvieran otros apellidos menos pomposos, estarían en la cola del paro per saecula saeculorum.
"La infanta y su padre no están de acuerdo en que Victoria exponga públicamente cosas que no se deben hacer. Pero el problema mayor no viene solo por estar de fiesta, ser modelo o instagramer, es que ha dejado la universidad", aseguran en el programa. Madre e hija están distanciadas al máximo, hay incluso quien asegura que ya ni se hablan. La ruptura es total. Y conociendo el ego de los protagonistas, la solución no parece fácil. Más bien la rendición de alguna de las partes. Se admiten apuestas: ¿quién hará el primer movimiento? ¿Quizás Felipe tendrá que llamarla al orden directamente?
Haz click en la imagen para escuchar el fragmento de 'El Programa de Ana Rosa' sobre Victoria Federica:
A todas las familias hay ovejas negras. En Can Borbó, sin embargo, parecería que tienen un rebaño entero. Vaya familia.