El debate ha acabado. La culpa no es suya, es de la humanidad entera. Todos somos culpables del calvario de Victoria Federica Marichalar de Borbón, la superinfluencer royal y flamante chica anuncio. No es que sea arisca, prepotente, pasota, dejada y antipática. Todo lo contrario, la joven es una joya demasiado valiosa y brillante que nosotros, pobres desgraciados, no sabemos ni valorar, ni cuidar ni comprender. Si atropella gente a caballo y no pide disculpas es nuestro problema, si maltrata a la prensa el primer día de trabajo también. Si se pelea con policías, vive de fiesta en fiesta y no es capaz de acabar la carrera de megapija, igual. Problema nuestro y también de su madre Elena, que se enfadará mucho pero consiente todavía más, como con Froilán. En todo caso, la verdad es una y no cincuenta y una: Vic es un angelito y nosotros unos demonios. Palabra de tacoadictos.
Esto es lo que explica de ella una de las últimas amistades de la nieta de Juan Carlos de Borbón que ha querido decir opinar en público. Una tarea arriesgada, otros colegas íntimos han pasado por el mismo aprieto y los resultados han sido reguleros. Como Rochi Laffón, que le llamaba zángana e impuntual, o el noviete torero Roca Rey, que destapa su afición para no pagar entradas en ningún sitio. Un retrato, por otra parte, que no sorprende. Es lo que todos nos imaginábamos. Más inverosímil ha sido el testimonio de Juan Avellaneda, el amigo fashion catalán de Tamara Falcó y que ha hecho de tutor de la Marichalar durante la grabación del famoso spot de gafas que acabará con la reputación de la marca anunciante. La define como una niña encantadora y una currante excepcional. Como se nota que Juan tiene tratos con el padre de la criatura, Jaime Marichalar. No quería hundir a la hija del amigo aristócrata, bien posicionado en el sector del lujo.
Carlota Boza, la amiga actriz de 'La que se avecina" de Victoria Federica
¿Quién es esta amiga de la que estamos anunciando una declaración pública sobre las motivaciones ocultas y la auténtica personalidad de Victoria Federica? Pues una actriz de 'La que se avecina', la joven Carlota Boza. El suyo es un papel secundario como hija de los Cuquis, pero la hemos visto crecer en la pantalla. Lo que no sabíamos es que cuando salía del set de grabación tenía vínculos con la quinta persona en la línea de sucesión española. Su relación es fuerte, insobornable. Y claro, como Carlota ha desarrollado la imaginación y el talento interpretativo durante sus 21 años de vida, aceptar el papel de abogada defensora de su compi no le ha costado demasiado. Cuando menos ante las cámaras de televisión, que conoce bastante por su profesión. También las conoce Vic: lleva toda una vida acosada por los paparazzis, aparte de convivir con objetivos fotográficos todo el día como estrella virtual y chica de moda. Pero la pobre no se acostumbra. Criatura.
Vic tiene miedo a las cámaras, la prensa es mala: el resumen
Boza excusa a Victoria porque "conmigo habla y no calla, no sé, igual las cámaras imponen. Si no se encuentra cómoda entiendo que no atienda". A ver, entre decir "hola, qué tal, buenos días" y poner cara de ir estreñida o hacer que tus gorilas asusten al personal hay un abismo. Insiste con la idea: "La gente está súper centrada en ella, intenta sacar la mínima cosa que sucede, entiendo que le da miedo que cualquier declaración que dé se saque de contexto. Para no arriesgar, prefiere no hablar directamente". ¿Queda claro? Carlota es la fan número 1 de su amiga, y sanseacabó. "La veo muy guapa cuando sale en alguna revista, la ropa le queda divina, súper mona, así que ella es guapísima. La ves y te llena de orgullo porque se mi amiga". Pobre defensa, la verdad. Pero ellas sabrán.
El mismo silencio que regala Vic a la prensa es el que tendrían que mantener sus fieles cuando la defienden. Abren la boca y sube el pan.