La chorboagenda de Victoria Federica de Marichalar está en constante evolución. La mayoría de los movimientos son inscripciones, pero también se producen bajas. Algunas, forzosas, al dejar de resultar interesantes para la hija de la infanta Elena. Otras son voluntarias, ellos han dado el paso de poner distancia. Es el caso de un famoso rollete, amigo especial, ídolo y objeto de deseo, el hombre por el que dejó tirada a toda una futura reina de España el día de su cumpleaños. Con estas pistas, la solución es muy sencilla: el torero peruano Andrés Roca Rey.
La influencer royal siempre ha sentido atracción por los toreros, una prolongación carnal de su afición sádica por el maltrato animal. Una de sus primeras relaciones oficiales fue con Gonzalo Caballero, quien pasaría el testigo, o la patata caliente, al disc-jockey Jorge Bárcenas. A partir de la ruptura con este último sujeto, los rumores de tonteo máximo con el peruano Roca Rey fueron constantes. Nunca se ha confirmado una relación amorosa como tal por parte de sus protagonistas, especialmente porque el tipo tenía una novia oficial desde hacía 7 años. Y quedaría regular destaparlo así. Pero toda la prensa, también la cortesana, sabe que allí había lío. Amigos con derechos, y tal. Ahora lo llaman de otra manera más grosera, ya saben.
La historia pasional entre los dos protagonistas acaba de vivir un giro radical, porque la sacrosanta revista '¡Hola!' ha anunciado que Andrés vuelve a tener pareja. Se trata de Marina Díaz Torre, estudiante en la Universidad Jesuita de Guadalajara, México. Una chica misteriosa, que guarda con celo su intimidad (todos sus perfiles en redes sociales están cerrados), pero que es conocida por Vic. Se siguen en plataformas virtuales, sabe quién es. La chica va ya por el segundo torero, como mínimo. Antes había estado con Antonio Catalán, el hijo del famoso empresario hotelero. El chico probó suerte en el mundo de matar animales, pero, por el motivo que sea, decidió dejar de la primera línea y ver las cosas desde la barrera. Un poco como su pareja, Marina. También lo dejó, y ahora se ha buscado otro matador.
Marina, ya es oficial, ha roto el corazón de la sobrina de Felipe VI. Lo tendrá más difícil a partir de ahora para reverdecer el jardín compartido con el sudamericano, ocupado en otros menesteres. Sin embargo, todos sabemos que Federica no sufrirá demasiado porque entretenimiento nunca le falta: sus predilecciones son los modelos, los pilotos de motos y coches y los camareros de discotecas. Estos, claro, para un ratito. No están al nivel. Guilty pleasures.