Victoria Federica continúa con su exigente ritmo de vida, en el que hay pocas diferencias entre los días laborables y los fines de semana. La agenda del viernes, sábado y domingo incluía dos escenarios principales: una boda y una carrera en el circuito del Jarama. Detalle significativo, este último: cada vez tenemos más claro que la hija de la infanta Elena es una entusiasta aficionada de los deportes de motor. Eso sí, parece que le interesan más los pilotos que la competición, los coches o las motocicletas. Y el catalán Albert Arenas, piloto de Moto2 del campeonato mundial, es el ejemplo más conocido. El gerundense y la royal tienen una más que bonita amistad, un lío intermitente y supeditado al calendario de pruebas del campeonato. Cuando Albert no está, sin embargo, encuentra recambio. Como quien cambia una rueda pinchada.
El trazado madrileño acogía una prueba de coches deportivos de un modelo muy concreto de una marca japonesa, y allí que se plantó la Marichalar con la intención de dar apoyo a uno de los participantes: Antonio Albacete Jr., la tercera generación de pilotos de una saga bastante conocida en estas disciplinas deportivas. Tony y Vic se siguen mutuamente en redes sociales, hay una conexión que no se puede esconder. Todo apunta a que fue la invitada de honor de la jornada. La sobrina de Felipe VI siguió con interés el desarrollo de la prueba. O quizás no, pero no perdía de vista cada movimiento del albaceteño. Las pruebas son irrefutables, vaya álbum se ha marcado en Instagram.
Resulta curioso observar la discreción de la Federica: aunque solo le faltó hacerle una foto en el lavabo, si se fijan siempre las hace a distancia, a escondidas, como retratas a un ídolo o alguien que admiras mucho. Sabiendo de los antecedentes de la criatura, no es descartable que haya más que palabras. Como a mínimo, una ilusión. Acostumbrados a la fanfarronería de la protagonista, este comportamiento semifurtivo es sorprendente. Aquí hay tomate.
El tal Tony, de aspecto de Ken recauchutado aunque su anatomía es 100% natural, no mojó durante la carrera del fin de semana. Vic no es talismán, distrae más que otra cosa. Quizás porque a él también le gusta el rollito con la borbona, claro. Su Instagram descarta que tenga pareja oficial, parece una especie de taxi con la luz verde y el cartel de "libre" en el parabrisas. Sí, Vic, somos unos malpensados y cada día te sacaremos un nuevo noviete. Será que eres poco original, y se le ve el plumero a kilómetros. Disimular nunca no ha sido su fuerte.