Victoria Federica es Borbón pero tiene un problema añadido, es Marichalar. La infanta Elena tuvo un mal día cuando introdujo en la Familia Real la genética inadecuada. Jaime de Marichalar acabó con un ictus por sus malas condiciones de vida, especialmente nocturna y su hermano Álvaro de Marichalar acostumbra a hacer el ridículo con proclamas anticatalanas y ultraderechistas. Así han salido los dos sobrinos Marichalar del rey: un cuadro flamenco. Froilán empalma fiestas de cocaína rosa, afters ilegales y peleas con arma blanca. La pequeña, de 22 años, Victoria Federica ha decidido mostrar al mundo, más claramente que ningún otro borbón, cuál es su profesión: no dar un palo al agua. Su principal preocupación es quedar bien en los photocalls, exactamente bajo la corona de Moët Chandon:

Victoria Federica corona Moet Chandon GTRES
Victoria Federica en un photocall bajo la corona de Moët Chandon, GTRES

Las dos infantas, Cristina y Elena, aprendieron a disimular trabajando para dos grandes empresas del Ibex, Mapfre y La Caixa, con sueldos astronómicos a pesar de su escasa formación. Pero hacen ver que trabajan. Victoria, puestos a no hacer nada, hacerse instagramer. Empalma photocalls y fiestas de lujo. El problema de este estilo de vida es que es una adicción, cada vez tiene que colgar fotos más extremas para atraer followers. Solo le queda lo que hacen muchas: desnudarse. Va por el camino. Acaba de colgar una imagen en bikini en una posición antinatural, sugerente, de portada de revista masculina, que como mínimo se puede calificar de inadecuada, siendo sobrina del rey, y de obscena, que ofende al pudor:

Uno plano desde abajo, cogiéndose las bragas del bikini y girando el cuerpo hacia atrás para mostrarse más. La foto no tiene comparación posible con como su otra prima Borbón en bikini, Irene Urdangarin. Sobria, sin Instagram público y nunca en posturas de choni de La isla de laso tentaciones. Incluso los seguidores monárquicos del Instagram de Vic Ma Bor se hacen cruces: "Esta foto no es bonita" o "No es tu mejor fotografía". Lo más lamentable es que la sobrina del rey exagera el gesto para conseguir más atención y lo hace por dinero. La foto es en realidad un anuncio pagado. La sobrinísima etiqueta el bikini de la marca, Lia, una empresa de Barcelona. Los dueños de la marca de moda de baño ya se han apropiado de la mujer anuncio en su Instagram comercial:

Victoria Federica hace un anuncio, Instagram de la marca
Victoria Federica hace un anuncio, Instagram de la marca

Los que creen que la hija de Elena acabará eliminando la foto se equivocan. Por dos razones. No eliminará el post porque no puede, es un pacto con una marca y lo cobra de una manera o de otra. La foto no es mera exhibición, es negocio. Y segunda razón: si Victoria Federica hace un anuncio y una foto como esta es porque quiere, porque cree que lo puede hacer, porque nadie la advierte y porque en realidad la imagen de la Corona le importa más bien poco. Es el efecto de haber dividido el pastel de la Familia en dos partes. Los que no son Felipe, Letizia ni sus hijas están marginados y enfrentados a la Casa Real. Elena, Cristina y sus seis hijos son mucho más próximos a Juan Carlos, que los compra con dinero, que a Felipe, que los aparta por tóxicos. Pero hay dos maneras de vivir sin la protección total de la Corona: la de los Urdangarin, más controlados y sobrios, o la de los Marichalar, permanentemente meando fuera del tiesto.