Melyssa Pinto lleva tiempo desaparecida de la televisión, pero sigue rentabilizando al máximo su paso por el programa 'La Isla de las Tentaciones'. La de Platja d'Aro protagonizó uno de los momentos más recordados de su edición, cuando huyó del equipo de grabación en plena noche y se plantó en la casa donde vivía su pareja, el marroquí Tom Brusse, que no había ni deshecho la maleta y ya estaba cortejando a otras chicas. Brusse la dejó y se marchó de República Dominicana con otra catalana, Sandra Pica, aunque su relación tampoco llegó a ningún sitio. La carrera de Pinto, gritando desesperada, llorando y montándole un pollo de época a Tom ante la estupefacción de concursantes, cámaras y la propia Sandra Barneda, forma parte de la historia de los realities de Telecinco. Reina absoluta. La audiencia, en su casa, alucinaba. También algunos miembros de la Familia Real, fans del formato de citas.
Pinto fue desapareciendo poco a poco de la pequeña pantalla mientras hacía crecer su faceta de influencer y modelo en Instagram. Después de superar, además, problemas de salud, ahora es toda una estrella con 1,2 millones de seguidores. Pasa mucho tiempo viajando y haciendo promoción de marcas y productos diversos, pero no ha olvidado su localidad natal, donde vive su familia. Tampoco ha cancelado a su exnovio Tom Brusse, ni mucho menos. De hecho, vuelven a las andadas. Hace unas horas se reencontraron en un restaurante de Platja d'Aro para después acabar la noche en una discoteca, donde el marroquí hacía de disc-jockey. Allí saltaron chispas y acabaron besándose en plena pista de baile. Hay lío. Vuelven al punto de partida. La noche generó muchas sorpresas, porque antes de dejarse llevar con su ex vivió un encuentro inesperado.
Victoria Federica, una fan más de Melyssa Pinto en Platja d'Aro
El restaurante japonés donde empezó esta noche tan extraña fue el escogido por una miembro de la Familia Real que, misterios de la vida, estaba en la localidad de la Costa Brava en aquel preciso instante. Y como es una seguidora del programa que hizo famosa a Pinto, además de ser influecer como ella, no se pudo aguantar y se inmortalizaron en una fotografía sorprendente. Hablamos de Victoria Federica, que acababa de volver de París de la Semana de la Alta Costura, donde su padre Jaime Marichalar la había vuelto a enchufar a fin de que alternara con la gente guapa y relevante del mundo de la moda a nivel internacional. Qué extraña pareja, la de la Melyssa y Victoria Federica. Pero ya lo dice la canción: sorpresas te da la vida.
La hija de Elena de Borbón y Jaime Marichalar acababa de volver de París de un desfile de alta costura
Victoria iba mucho más de andar por casa que en su excursión parisina. Ya no vestía de colegiala con un look de 9.000€. Tampoco iba tan maquillada. Parecía una persona mucho más normal, y este, sin que sirva de precedente, es el mejor elogio que le podemos hacer a la polémica sobrina de Felipe VI. De hecho la fotografía tiene algo inocente, divertido, incluso plebeyo. Recuerda, salvando las distancias, a la foto que le robó a Rihanna, aunque aquel día iba bastante tuneada. Bueno, Melyssa no es ni un 5% de famosa que la cantante de Barbados, pero provoca la misma ilusión a Victoria Federica. Criatura...
Leonor y Sofía en Figueres, Felipe y Letizia en Cornellà y Victoria Federica en Platja d'Aro. Levanten las manos y ríndanse, están rodeados. Ains.