Situación muy comprometida para una VIP americana en su visita a Madrid. La actriz Eva Longoria, mundialmente conocida por su papel de Gabi en 'Desperate Housewives', ahora también es directora de cine. Se estrena con un título realmente peculiar, 'Flamin' Hot: la historia de los Cheetos picantes'. El título da ganas de ir a comprar una bolsa de aperitivos, pero se ve que hay una historia familiar y de superación que vale la pena explicar. El programa 'Socialité' de Telecinco ha charlado con ella, en general de temas muy triviales: de que le gusta más el jamón ibérico que los cheetos, por ejemplo. Es su plato favorito de la gastronomía local. Del Estado español sabe mucho, incluso que Catalunya no es España. ¿Lo dice ella, eh? No se alteren. Es que el Empordà enamora.
Hablando de picante, a la madre y casada (por tercera vez) Longoria lo que le parece llameante como una buena guindilla es Antonio Banderas. Con su castellano oxidado y divertido, dice que es "el más picante hombre, en el mundo." Con pausa dramática y todo. La risa maliciosa es contagiosa, se le escapa a menudo. Especialmente cuando el programa le plantea un reto visual relacionado con su condición de icono de la moda mundial. Es una de las mujeres más guapas y con más estilo, pero la rechazaron por no ser lo bastante alta cuando intentó hacer carrera como modelo. Qué desastre. Le presentan a una serie de famosas españolas, tiene que juzgarlas. Atención porque hay escabechina guapa-guapa.
Eva Longoria, icono de moda y belleza, hunde a Ágatha Ruiz de la Prada y Victoria Federica
De las 4 opciones presentadas en una hoja DIN-A3, se salvan dos: Cristina Pedroche, "oh my god, me encanta. No tengo el cuerpo para esto, pero me gusta. ¿Sabes quién tiene este cuerpo? Georgina". También aplaude a la catalana Rosalía: "Siempre es guapa. Tiene estilo propio". La adora. Bien, pues hasta aquí las buenas noticias. Ahora vienen las bofetadas sin manos, el ridículo y la humillación. El nicho de las víctimas, la aristocracia española instalada en el mundo de la moda, las pasarelas y las influencers. Una es la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada. Ay. Flipa pepinillos: "¿Este te gusta?" Directa: "Mmm no. Pero... pero... no". La ex de Pedro Jota luce gorra soviética, camiseta de manga larga de lunares en tonos rosa y una sonrisa blanca dibujada en medio, bolso multicolor y gafas de sol extremas. Se parte de risa y hace un gesto del estilo "qué narices es eso, es broma?" Después intenta suavizarlo: "Me saborea... el bolso".
La palabra más humillante después de juzgar el look de Vic
La otra afortunada que queda fatal a ojos de Eva Longoria es Victoria Federica, efectivamente. Escogen una fotografía de la fiesta posterior al lanzamiento del famoso spot de gafas de sol, aquel día que también la lío. Con ese look se pasó el juego de parecer una adolescente rebelde y sin espejos en casa. Era un cuadro. Igual si le hubieran puesto a Eva la portada de Hola! retocada sin escrúpulos de hace unos días, quizás la reacción sería otra. Al ver la imagen, sin embargo, Longoria colapsa. "Es muy joven para mí. Yo, yo, yo, yo... yo soy un poco mayor...". No quiere ni mirarlo. "...De esto". ¿Le ha dicho "esto"? Sí, le ha llamado "esto". Con una palabra la destroza. Y se vuelve a tronchar de risa. Sin palabras.
Eva Longoria, haciendo amigas. Grandiosa.