Victoria Federica Marichalar e Irene Urdangarin van en tándem. Las primas tienen una relación especial, la pequeña de 18 años adora a la mayor de 22. A la hija de Cristina le fascina el tipo de vida de la otra, las fiestas, las redes, el lujo y el exhibicionismo. Una atracción que hizo saltar las alarmas, pero que con la mayoría de edad de la benjamina de Iñaki Urdangarin es más difícil de parar. A pesar de vivir a mucha distancia, una en Ginebra y la otra en Madrid, últimamente se han visto a menudo. Grecia, Suiza, España... ¿Y qué ha pasado? Lo más normal: que se han ido de fiesta juntas.
La hermana de Froilán no ha parado este verano. No ha parado de pegarse la gran vida en Ibiza o en Marbella. También ha ido a los toros, claro, no podría sobrevivir sin la dosis de maltrato animal. Recientemente ha estado viendo a Roca Rey, su medio-noviete peruano, quién ha sufrido unas cuantas cornadas estos meses. Y hablando de novios, rollos y aquí te pillo aquí te matos, tampoco ha olvidado esta parcela. Qué va. Y con ayuda de cámara.
Irene, carabina de Victoria Federica, pasión en un karaoke
El término carabina hace referencia a la persona que antiguamente acompañaba a las parejas para evitar que hicieran nada en público. Nada de lo que se imaginan, sí. Es un concepto rancio, un poco clasista, pasado de moda. Y por eso precisamente es perfecto para Victoria Federica, tan costumbrista en algunos aspectos de su existencia. Eso sí, ha adecuado la función de la carabina a sus gustos y necesidades. Alguien que te acompaña hasta que llega el momento de dejarlo tirado para enredarte con un tercero. Exactamente lo que hizo la hija de Elena a finales de julio en Madrid, cuando se presentó encapuchada y con escoltas en un karaoke. Su acompañante también iba camuflada, Irene Urdangarin. La estaba sacando de marcha por primera vez en su edad adulta. Y vio cosas.
La prima mayor deja tirada a la pequeña para liarse con un chico rubio
Vio, según el programa 'Y Ahora Sonsoles', cómo la influencer la abandonaba para morrearse con un chico rubio (muy rubio, insisten en el programa, como si se tratara de una atracción del circo). No fue un fichaje hecho in situ, parece ser que formaba parte del grupo. Lo tenía fichado, y cuando vio el momento, se soltaron ante los morros de Irene, que tomaba apuntes del modus operandi de su ídola. Vic la había utilizado para ir de caza, como si aquello fuera un documental de naturaleza. Seguro que este comportamiento hará mucha gracia a Cristina de Borbón, que ya tenía la mosca detrás de la oreja con la hija de su hermana. No se equivocaba.
Irene, cuánto más lejos, mejor.