Digámoslo claro: los hijos de la infanta Elena y Jaime Marichalar dan vergüenza. Ni toda la ceguera pro monárquica ni la sumisión más aduladora puede cambiar esta certeza. La conducta de Froilán y Victoria Federica no es que sea cuestionable, no. Sus actos son los de dos tarambanas. Punto. Uno, el primogénito, ha acabado en Abu Dabi medio escondido, como su abuelo Juan Carlos. Solo el destierro ha conseguido alejarlo de una vida de crápula, de peleas con armas blancas, de redadas policiales y de afters con aspecto de prostíbulo donde las drogas circulan con aquella alegría. La otra, la hermana pequeña, tampoco es ningún ejemplo de nada. Ni-ni, conflictiva, exhibicionista, reprobable. Vaya joyas. Normal que su tío rey Felipe y Letizia no quieran que se acerquen a 500 metros de sus hijas.
Vic parecía vivir una especie de tregua, apartada de la primera línea pública por indicación directa de su madre. Tiene los estudios abandonados, si es que no los ha dejado del todo, y sólo se dedica a la fiesta, la alfombra roja, el postureo y la nada. Salidas con amigas, novietes que no van a ningún sitio, toros, viajes, frivolidad, redes sociales. Influencer, dice. Pues vaya influencia. De la peor. Incluso sus íntimas no pueden esconder la realidad: es una vaga. No pega un palo al agua. Lo dice sin ambages Rocío Laffón, su súper amiga, como dejó constancia en un vídeo de Tik Tok inapelable.
Victoria Federica conduciendo por la autopista mientras mira el móvil y graba tonterías en Tik Tok
Pues bien, no sabemos si Rocío es una agente encubierta que quiere hundir a su colega o si la joven es igualita que la Marichalar Borbón. La cuenta de la amiga vuelve a enseñarnos una grabación escandalosa. Victoria Federica conduciendo por la autopista un coche de alta gama (que no ha pagado ella, evidentemente) mientras no deja de mirar el teléfono móvil. Además se dedican a grabar tonterías mientras ponen en peligro a todo quisqui. Una infracción que le puede costar 6 puntos del carné y una multa de 200€, un castigo de broma comparado a la tragedia que puede provocar con esta práctica lamentable. Y, sinceramente, que ella se haga daño en estas circunstancias nos importa un rábano. Lo que nos preocupa es que otro usuario de la vía sufra su inconsciencia temeraria. Por cierto, fíjense en un detalle: incluso la plataforma de vídeos hace una advertencia a los espectadores: "Al participar en esta actividad, podrías sufrir daños o provocarlos a los demás".
Vic, habitual del desprecio a las normas de circulación
La tal Laffón ha metido en un lío a su compi de juergas y dramas pijos, sí, pero ya sabemos que esto es España y cómo funcionan las cosas. No sufrirá ninguna consecuencia punitiva, y si llegara alguna (sobre todo de tipo económica) ya saben quién pagará las fechorías: los españolitos. Y para todos aquellos que quieran salir a defenderla, que sepan que no es la primera vez que la pillan. Se ha publicado que provocó un accidente con Froilán de copiloto a altas horas de la madrugada, circula en patinete sin cumplir ninguna norma de circulación e incluso se enfrenta a policías cuando le reprochan que aparque su coche sobre pasos de peatones y paradas de taxis: "Una insolente".
La bula tiene que acabar. Y ya no por imagen: por seguridad, la nuestra. Que pague.