Victoria Federica es un personaje de la nueva generación de Borbones predestinado a ser desconocido. La hija pequeña de la infanta Elena vivirá siempre aplastada entre Froilán y Leonor. Pero poco a poco se está forjando un nombre y un futuro: Vic como la reina de Inglaterra Queen Vic o Viky para los amigos y novios toreros. La sobrina del Rey ha heredado lo peor de los Marichalar y de los Borbones: fanfarrona, aficionada al lujo y las malas costumbres. En los últimos tiempos hemos publicado tres vicios de la adolescente que acaba de cumplir 18 años: es adicta al tabaco, a los juegos de azar, y a los bolsos obscenamente caros. Estas son las pruebas gráficas de lo que se ve (imaginamos lo que no se ve):
Yo quiero un poquito de lo que fuma Victoria Federica. pic.twitter.com/ahIoOyrGRO
— Cira (@Ciranaya) 10 de diciembre de 2018
Ahora que se ha publicado que la niña Marichalar Borbón se ha presentado a la teórica del carnet de conducir se anuncia el nuevo vicio de Federica: comerse las uñas. El diario El Mundo ha intentado contactar sin éxito con Jaime de Marichalar para saber cómo le ha ido a su hija el examen y lo ha ilustrado con las fotos que demuestran que la niña mientras se esperaba para resolver qué son las "luces de gálibo" se hacía la manicura sin pasar por las chinas:
La única novedad que publica El Mundo es que la niña vuelve a ser vista de farra con el novio torero en otra discoteca de Madrid: "En compañía de su novio, Gonzalo Caballero, y del novillero, Carlos Ochoa, ha sido vista esta semana en la discoteca Nuit Madrid, en la calle Orense, a la que, de momento, tiene que llegar en taxi o en el coche de un amigo". En la Nuit ya se sabe, cualquier vicio es posible. Que se lo pregunten a su padre Jaime de Marichalar. O mejor, en su tío Álvaro de Marichalar.