Cambio de paradigma en la Familia Real: nunca más podremos decir que Victoria Federica, sobrina del rey Felipe VI, no pega un palo al agua y que vive de su apellido, linaje y de los regalos black del abuelo huido Juan Carlos. La joven de 22 años se ha incorporado al mercado laboral como autónoma, y le va muy bien. Su cuenta corriente, que nunca ha pasado penurias, estaría engrosándose gracias a que ha conseguido hacer de su vocación y pasión un negocio muy rentable. No lo decimos nosotros, sino fuentes de una empresa de organización de eventos que han hablado con el digital Informalia, a raíz de la penúltima (siempre es la penúltima cuando hablas de Vic) fiesta a la que ha asistido.
La vida de la Marichalar Borbón es un 'sarao' nocturno interminable desde hace mucho tiempo. Pero durante los últimas semanas sus apariciones son algo diferentes: se exhibe con vestidos más caros y exclusivos que nunca y presenta un aspecto renovado. Desde que su padre Jaime la llevó a un desfile de alta costura en París, introduciéndola en el mundo de las socialités con pedigrí, Victoria es otra. O es la misma con otro envoltorio. Ayer 2 de diciembre la vimos en el Teatro Real de Madrid en la exclusiva fiesta de una marca de champán, siempre de la mano de su novio Jorge Bárcenas. Son la sensación de la jet-set, y los fans la paran en la calle. Guau.
La fiesta en cuestión reunió a la creme de la creme de los VIPS que paran por Madrid: Alessandro Lequio, Paula Echevarría, Lídia Torrent, el juez Santiago Pedraz y Esther Doña, Fran y Tana Rivera, Fonsi Nieto, Pelayo Díaz, Nieves Álvarez o Ágatha Ruiz de la Prada. Qué emoción. Todos ellos fueron eclipsados por la quinta en la línea sucesoria al trono español, que bajaba de un coche de alta gama a medio camino entre una princesa y una estrella de cine. Lástima de la foto que los inmortalizó entrando en el recinto festivo. La agencia no escogió la más favorecedora, la verdad. Alguien tiene mala leche.
En todo caso, vamos a lo importante: si Victoria Federica se deja la vida de juerga en juerga no es por vicio ni por afición. Es por trabajo. "A la nieta de don Juan Carlos no le regalan los vestidos". Muy profesional. Las fuentes consultadas por el digital apuntan la tarifa de la joven: 3.000€ por aparición. Sí, hay muchos famosos que lo hacen, cobrar por ir a alfombras rojas, pero que lo haga la realeza con todo lo que está cayendo sobre sus fuentes de ingresos resulta sorprendente. Va, saquemos la calculadora: si va a 10 fiestas al mes, multipliquen. Gana más en 30 días que el trabajador medio español en todo un año. Y además con una copita en la mano y sudando poco, sólo el que le provoca 'perrear' en la pista de baile. Vic ha cantado bingo.
¿Saben aquellas ofertas de trabajo que dicen "el trabajo de tus sueños" en islas desiertas, mirando capítulos de series sin descanso o similares? Pues Victoria Federica ha encontrado el suyo particular. De algo le tenían que servir sus estudios en Administración y Dirección de Empresas.