Victoria Federica es fiel a la tradición borbónica. A la peor, claro: la afición al escándalo, a la notoriedad nada ejemplar, a liarla gorda. Y sí, también a pasarse por el arco de triunfo las normas de convivencia. Si el abuelo tiene problemas con todo aquello relacionado con el dinero y los tributos, la joven de 22 años domina (entre otras cosas) la falta de respeto por las reglas de circulación. Eso son cosas de la plebe. Por eso puede aparcar el coche donde le salga del moño, como por ejemplo una parada de taxis. Y si un agente de policía osa sancionarla, la cosa todavía es más indignante, enfrentándose con insolencia bajo el paraguas de eso tan bajo de 'usted no sabe con quién está hablando'. Así las gastan Vic y compañía.
La pequeña de los Marichalar Borbón está viviendo un momento existencial muy particular. Nunca ha necesitado demasiado para celebrar como si no hubiera mañana, pero si resulta que los astros se alinean, pues... pasa lo que pasa. A ver, repasemos hechos: hay una campaña mediática que la ha convertido en la influencer de moda, acaba de ver al yayo huido en Abu Dabi y también en Madrid, y lo que es más importante: está estrenando soltería después de mandar al disc-jockey Jorge Bárcenas a hacer gárgaras. Por eso la chica no para ni un momento: si alguien la busca, no lo hagan en casa de la mamá Elena. Mucho mejor ir a las plazas de toros. No se pierde ninguna matanza desde hace días. Y "bien" acompañada.
Eso de "si alguien la busca" no es una frase al azar. Lo decimos por si alguna autoridad en este país tiene todavía un poco de decencia sobre el respeto a las leyes más elementales y su relación con los miembros de la realeza. Por ejemplo, el departamento de movilidad del Ayuntamiento de Madrid. Sí, el de Almeida (desde hace semanas el nuevo 'Pecas' de Ayuso). Ya pueden estar bien seguros de lo que les harían los municipales madrileños si, queridos lectores y lectoras, los pillaran haciendo lo mismo que Vic y sus amistades circulando por las calles de la ciudad. Iba de paquete en la parte de atrás de un patinete eléctrico (prohibido) que conducía una amiga mientras iban buscando un local para empezar la juerga después de ir a los toros. De risas, con el móvil en la mano y, evidentemente, sin el casco reglamentario ninguna de ellas. ¿Pa' qué, pa' estropearle el peinado?
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— Revista SEMANA (@semana_revista) May 29, 2022
Este acto incívico, el enésimo de su corta vida, supondría al resto de mortales una multa de 300€. Calderilla, sí, cuando te regalan el dinero. Pero peor todavía el hecho de que ni siquiera la hayan sancionado: una vergüenza. Y no será porque no haya imágenes de la infracción: la revista Semana tiene las fotos. Hablando de fotos, una anécdota: con este episodio Vic quita el polvo a una de sus instantáneas más icónicas y que mejor definen su glamur: la de "Victoria Patín Piti". Los clásicos nunca pasan de moda.
España, un país en el que toca trabajar para pagarle los lujos, el desenfreno y la barra libre a los Borbones. Poco nos pasa.