Mucha universidad 'pija' y elitista, pero a Victoria Federica le sigue faltando la educación más elemental. Hija de Infanta, sobrina de Rey y nieta de monarca emérito huido, le gusta pegarse "la vida padre" sin tener que asumir responsabilidad alguna, ni demostrar respeto por los plebeyos que mantienen su régimen caduco, anacrónico y cada día más oxidado. La Marichalar de Borbón, quinta en la línea sucesoria de la Corona española, es más de toros, fiestas, vicios y broncas. La última muestra, el ramalazo de furia contra los periodistas que le preguntaban por la supuesta exclusiva de Carlos Herrera, rechazada por Peñafiel y Eyre: eso de que el abuelo Juan Carlos volverá del exilio el 12 de octubre.
Vic sigue a la suya: disfrutando de la noche madrileña como si no hubiera mañana. Cada día es una nueva oportunidad para dejarse ver por los lugares más in de la capital de España, acompañada por su chico disc-jockey, Jorge Bárcenas. Una vida de sufrimientos, esfuerzos y dedicación abnegada, vaya. Normal que la chica de 20 años esté cansada, estresada y sobrepasada por su existencia. Al salir de uno de estos locales de moda, los reporteros de Europa Press se acercaron micrófono en mano, inquiriéndole por la "buena nueva" poder abrazar al yayo. Su reacción fue esta: correr hacia el coche fuera de sí, pegar un grito victimista y un portazo, y una vez dentro del vehículo poner cara de "no puedo con la vida". Su frase la retrata a la perfección: "¿No os cansáis, eh?". Pues no, señorita. Se llama trabajar. Pero claro, eso "te pilla lejos".
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Mira que el tema era supuestamente benigno con ella y su familia, que sí no... No tiene remedio, ni vergüenza.