Victoria Federica ha tomado el control de su vida y lo ha hecho con el apoyo incondicional de su padre, Jaime de Marichalar. Gracias a él, la joven ha conseguido encontrar su verdadera vocación tras años de incertidumbre y desorientación, un camino similar al que vivió su hermano Froilán. Durante mucho tiempo, Victoria pareció estar perdida, sin un rumbo claro, pero ahora disfruta plenamente de su nueva profesión, que le permite destacar en el panorama público.
En un momento en el que las redes sociales tienen un impacto masivo, Victoria Federica ha decidido convertirse en influencer, una de las profesiones más populares entre los jóvenes. Sin embargo, esta no es una tarea sencilla ni accesible para todos. La hija de la infanta Elena cuenta con una ventaja significativa: es un rostro ampliamente conocido en el ámbito público, lo que le ha permitido captar rápidamente la atención de marcas y seguidores. Desde que abrió su perfil de Instagram al público, el número de sus seguidores creció de forma considerable. Aunque no genera un impacto masivo en cuanto a audiencia, su nombre y posición social la convierten en una figura muy deseada por las marcas. En este contexto, Victoria se ha consolidado como una de las influencers mejor pagadas de España, percibiendo miles de euros por publicación publicitaria, y en ocasiones, cifras que alcanzan las seis cifras.
Además, su vínculo con el mundo de la moda le ha abierto puertas en diversas pasarelas y eventos exclusivos. Ha sido protagonista en desfiles y asistente frecuente en los photocalls más prestigiosos, consolidando así su imagen como figura pública destacada.
El futuro de Victoria Federica parece estar asegurado, y no solo por su éxito profesional. Su entorno familiar y el legado económico que le espera le proporcionan una estabilidad inigualable. Aunque no hubiese encontrado su lugar en el ámbito laboral, su posición estaría garantizada gracias a la influencia y riqueza de sus padres. La infanta Elena, a pesar de ya no formar parte de los Presupuestos Generales del Estado, sigue siendo una figura con acceso a una considerable fortuna, y Victoria está destinada a heredar una parte de ese patrimonio.
Por otro lado, el abuelo de Victoria, el rey emérito Juan Carlos I, ha trabajado en los últimos años para organizar su herencia y facilitar las cosas a sus herederos. Aunque enfrenta problemas de salud debido a su avanzada edad, el exmonarca ha tomado medidas para garantizar que su legado se distribuya sin complicaciones. Ha vendido diversas propiedades, principalmente en Cataluña y Galicia, con el objetivo de que sus hijos hereden solo dinero en lugar de bienes materiales. Se estima que su patrimonio asciende a 2.000 millones de euros, que se repartirán exclusivamente entre sus hijas Elena y Cristina, ya que Felipe VI renunció a esta herencia, al igual que lo hará en el futuro su hija Leonor, con el fin de desvincular la Corona de posibles controversias financieras.
De este modo, la infanta Elena heredará aproximadamente 1.000 millones de euros, al igual que su hermana Cristina. Este monto se complementará con lo que hereden de su madre, la reina Sofía, una fortuna a la que Felipe VI no ha renunciado. Por su parte, Victoria Federica recibirá también una tercera parte de la herencia de su padre, Jaime de Marichalar, compartiéndola con su hermano Froilán.
Jaime de Marichalar es millonario gracias a la herencia de su tía Coco
Económicamente, Jaime de Marichalar goza de una posición sólida. Su trayectoria en el ámbito empresarial y sus contactos le han permitido mantenerse en la alta sociedad española. Actualmente, ocupa puestos de relevancia como consejero en prestigiosas marcas de lujo como Loewe y Fendi. Además, es copropietario de la firma B-Corner, dedicada a la confección de ropa de caballero a medida, un negocio que ha sabido resistir los desafíos económicos, como los provocados por la pandemia. Marichalar también asesora a su hija en temas relacionados con su creciente exposición pública, una labor que, en ocasiones, genera tensiones con la infanta Elena.
La trayectoria de Jaime de Marichalar en el mundo financiero es notable. Parte de su éxito se debe a la herencia de su tía Teresa de Marichalar, conocida como la "tía Cocó". Además, su reputación como figura influyente quedó reflejada en el informe de People with Money, donde fue reconocido como uno de los "príncipes mejor pagados de 2023", con ingresos estimados en 46 millones de dólares en un solo año. Su fortuna, que ronda los 145 millones de dólares, proviene de inversiones estratégicas, bienes raíces y acuerdos publicitarios con marcas de renombre.