Este jueves 2 de noviembre a priori tenía que ser un día inolvidable para la reina Sofía. La emérita celebraba su 85.º cumpleaños, dos días después de que su nieta Leonor soplara 18 velas y llegara a la mayoría de edad. Después de que la hija de Felipe y Letizia aglutinara todo el protagonismo el 31 de octubre, ahora, en teoría, le tocaba a la yaya ser la protagonista. Pero su protagonismo fue agridulce. Básicamente, porque la mitad de sus nietos pasaron olímpicamente de ella. La abuela quería hacer una celebración especial, más o menos, parecida a la de dos días antes, para unir a los Borbones con un nuevo paripé en torno a unas pastitas y cuatro canapés. Pero nada más lejos de la realidad.

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Sofía / TVE

A su cumpleaños faltaron la mitad de la familia. Ni su querido maridito Juan Carlos, ni su nieto Juan ni, sobre todo, sus nietos preferidos, los hijos de su hija Elena, Felipe Juan Froilán de Todos los Antros y Victoria Federica. Los hijos de la infanta y de Marichalar pasaron olímpicamente. El mayor, porque no tenía más días de permiso laboral, dice, y tenía que volver a Abu Dhabi ("Eso sí, después de disfrutar de un planazo nocturno con amigos", escriben en Semana). La pequeña, porque no le ha salido del moño. Ha priorizado ir a Perú a ver torear a su amigo especial, Roca Rey. Y no ha habido manera de hacerle entender que el cumpleaños de la abuela era un día especial y que a su edad, 85 años, quién sabe cuántos cumpleaños más podrá vivir a su lado.

Sofía ya no ha llegado en las mejores condiciones a su día. No pasa por un momento especialmente optimista. Primero, porque le pidieron a última hora que no fuera al acto institucional por la mayoría de edad de Leonor y su jura de la Constitución ("La madre del Rey Felipe VI rompía a llorar el mismo día en el que se hacía pública la noticia", dicen en el citado medio). Sí fue después a El Pardo por el cumpleaños de Leonor, todo y que "A su llegada en coche, se la pudo ver muy seria y cabizbaja. Una actitud que, sin duda, refuerza la idea de que no pasa por su mejor momento". Después, porque su querida hermana, Irene de Grecia, la tía Pecu, no está fina, su enfermedad la consume cada vez más y Sofía no sabe cómo gestionarlo, ya que toda la vida han estado muy unidas. Si a eso le sumamos el feo de sus nietos, dos más dos son cuatro: disgusto mayúsculo y llorando en Zarzuela.

Victoria Federica Sofia y Froilán GTRES
Sofía, entre Victoria Federica y Froilán GTRES

El programa TardeAr revela que la comida de celebración de Sofía constó de un menú formado por consomé, pescado, helado y un pastel. Un pastel que probablemente se le atragantó a la abuela, que sopló las velas con la ausencia sonada de Vic. Lo peor, más allá de la negativa de la nieta a volver antes de tiempo, es lo que se ha sabido después por boca de la colaboradora de Ana Rosa Quintana, Paloma Barrientos. Y es que Victoria Federica, como decíamos, en Perú para ver al amigo torero, se ha pagado ella misma (dicen) el viaje, de su propio bolsillo, 2.000 euros del ala. Pues bien, Sofía está que trina, "se ha desvelado el motivo del enfado que tiene la emérita con Victoria Federica. No, en cambio con Froilán". ¿Por qué está tan enfadada con Vic?: "Por la elección de Victoria Federica. No ha podido entender, con la vida institucional intachable que ha llevado ella, cómo su nieta no estuvo en el cumpleaños de Leonor. La Reina Sofía le propuso, incluso, rembolsarle esos 2.000 euros de su propio bolsillo"... Cría cuervos y te sacarán los ojos, debe pensar la yaya.