A menudo, los que más tienen son los que menos sueltan la pasta. A menudo, los que están cargados de dinero son los más fieles devotos de la Virgen del Puño Cerrado. ¿Y a quién hemos encontrado demostrando su tacañería? A la hija de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, Victoria Federica. ¿Dónde? Donde se la puede encontrar casi siempre, cuando no se encuentra en un desfile de moda o en alguna discoteca de fiesta: viendo una corrida de toros en la plaza:
Madrid celebra la Feria de San Isidro en Las Ventas, y la hermana de Froilán movió cielo y tierra para asistir gratis, como siempre. Fue a ver su amiguito especial, el torero Andrés Roca Rey. En la entrada en la plaza, que estaba "abarrotá" como diría el Dúo Sacapuntas, y antes de que ocupara su asiento, la it girl intentaba acceder al control de entrada rodeada de reporteros y de fans que no paraban de decirle "qué guapa, qué guapa." También había muchas personas de más edad, abuelos y abuelas octogenarios, y ella, mareada lo único que dijo fue un ridículo "¿Qué hago"?:
Victoria Federica ha vuelto a los toros, en la plaza de Valladolid, para ver a su colega compiyogui, o compitoreri. Y el portal Look ha explicado qué situación se produjo cuando accedía a la grada. "Victoria Federica se convertía en el centro de atención de todas las miradas al agarrar la almohadilla taurina que un hombre le estaba ofreciendo, dándole únicamente las gracias e intentando seguir su camino". La hija de la infanta topó con un hombre que le daba una almohadilla para que estuviera más cómoda. Pero no era un regalo. "Lo cierto es que la persona en cuestión estaba intentando venderle este complemento para hacerle más amena su tarde de toros y así se lo hizo saber a Victoria Federica". ¿Y qué hizo ella? ¿Hacer lo que habría estado bien, aflojar el bolsillo y comprarle el cojinete? No: "A Victoria Federica no le quedaba más remedio que soltar lo que en un primer momento había creído que era un regalo para seguir su camino junto a otros dos amigos y dar pistoletazo de salida a la cita taurina". Vic, tacaña, al saber que no era un regalo y que tenía que aflojar, se hizo la sueca.
"La prima de la Princesa Leonor demostraba gozar de un gran sentido del humor a la hora de tomarse este mal entendido con la mayor naturalidad posible", dicen en el mencionado medio. Unos le llaman sentido del humor. Otros, hacer como los Borbones: recoger lo máximo posible y que no salga nada de los bolsillos. Por cierto, al final de la tarde, el torero Roca Rey "le brindó la oreja que cortó al sexto toro"... Más le valdría que en lugar de orejas, le brindara generosidad.