Día que pasa, día que Victoria Federica arma la de Dios. A pesar del hermetismo monárquico, ella está brutalmente predispuesta a entregarse a la vida pública. La 'royal' de la nueva era, la más influyente. Influyente, de 'influencer', que dice que es su profesión. También la más ladrona, porque hace muy poco la vimos llevándose casi todas las muestras gratuitas de sérum facial de un acontecimiento solidario contra el cáncer de mama.

Y tampoco pierde el título de la más tacaña, porque ya decía en el pasado su amiguet Roca Rey, torero peruano, que no le gusta mucho aquello de pagar. Que ella prefiere que la inviten. A pesar de que muy corta de dinero no va, porque ya se gana lo bastante bien la vida con los sueldos estratosféricos que cobra a fuerza de colgar fotos a Instagram y pasearse por los 'photocalls' del mundo.

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Victoria Federica. / GTRES

Ahora bien, las ganas de tener más y más pasta nunca se le van. Ni un gesto gratuito que se le conozca. Ni uno hasta hace poco, cuando la veíamos siendo parte de la portada de la revista Fearless dedicada, precisamente, al su íntimo, el matador sudamericano. Parece que hace tres meses que se hicieron estas fotografías, pero totalmente gratis. ¡Qué sorpresa! La hija de la infanta Elena i Marichalar haciendo, por primera vez, alguna cosa sin ansias de forrarse. Nada más lejos de la realidad, porque este número de la publicación en el que también vemos en la imagen a la pareja de 'influencers' María G. de Jaime y Tomás Páramo, ha sido la génesis de una guerra abierta con la agencia de representación de la hermana de Froilán. Vickyfede reclama dinero. Ahora. Tantísimas semanas después de la sesión. ¿Qué está pasando?

De acuerdo con declaraciones de Katalina Mikhailova, la directora de la revista, ella ya era consciente de que no percibiría ni un duro por esta sesión. Y es que la versión de Vicmabor se contradice con la que asegura a la responsable de la publicación, más allá de dejarla completamente en ridículo. Ella dice que los tres habían aceptado aparecer en las instantáneas, pero en ningún caso en la portada, y por eso quedaron tan sorprendidos. Porque eso se cobra y ser en las páginas de dentro no, presuponemos según su lógica.

Mikhailova, por su parte, ha explicado al programa Y ahora Sonsoles que "nunca pagamos porque es nuestro protocolo y filosofía interna". La sobrinísima ya lo sabía y ahora se hace la loca. La mejor parte es que ni siquiera estaba invitada a estar allí en un inicio. "Solo solicité la participación de Tomás y María", afirman. No la piden, pero lo quiere cobrar. La cifra que pide asciende a un total de 30.000 euros. Surrealista. Además, se ampara en un incumplimiento de contrato cuando la participación era voluntaria.

La avaricia rompe el saco. Bendito refranero.