La fiesta por el 87 cumpleaños del rey emérito Juan Carlos I tuvo lugar el pasado domingo. Sin embargo, la resaca del evento todavía dura. Una celebración que estuvo llena de momentos destacados como un espectáculo de drones y música en vivo. Sin embargo, el evento dejó una sensación de melancolía entre los asistentes, pues la salud del rey emérito se ha convertido en una preocupación creciente para la familia real.
En el evento, que tuvo lugar en Abu Dabi, participaron amigos y familiares cercanos, como las infantas Elena y Cristina, junto con algunos de sus hijos. La jornada estuvo marcada por la presencia de figuras de la realeza y la ausencia habitual de Felipe VI, Letizia, Leonor y Sofía, quienes no asistieron al evento.
La fiesta de cumpleaños de Juan Carlos I dejó una estampa preocupante
En representación de los Urdangarin estuvieron Juan y Pablo. Su hermana Irene no asistió al haber comenzado las clases en la Universidad de Oxford, mientras que Miguel continúa en Zarzuela recuperándose de una lesión. Por parte de los Marichalar, estuvieron Froilán y Victoria Federica, que no suelen perderse festividades de este calibre.
Sin embargo, la alegría de la celebración no pudo ocultar la realidad del deterioro físico de Juan Carlos I, que ya no es un secreto para aquellos que lo rodean. A pesar de los esfuerzos por mantener una fachada de normalidad, la salud del emérito ha empeorado significativamente.
Hace tiempo que el exmonarca está padeciendo los achaques de la edad. Su estado físico se ha visto afectado por las intervenciones a las que se ha sometido en los últimos años, como la operación de la fractura de cadera que sufrió mientras asesinaba elefantes en Botsuana. Y los problemas de movilidad son evidentes. El bastón y la silla de ruedas se han convertido en sus acompañantes habituales. Además, se conoce que también tiene problemas cognitivos y de memoria. A veces confunde y olvida nombres. Y tiene problemas para recordar eventos recientes.
Victoria Federica pone sobre aviso a la reina Sofía
Un estado del que es consciente la reina Sofía, que tiene en Victoria Federica a su mejor confidente. La joven ha compartido con la reina su percepción de que Juan Carlos I está encaminado a un estado de salud irreversible, lo que deja entrever un futuro complicado para el exmonarca.
Victoria Federica ha sido testigo de los cambios en la salud de su abuelo y no ha dudado en ser honesta sobre el impacto que estos tienen en su vida diaria. La joven ha transmitido a la reina Sofía que el empeoramiento físico y mental de su marido parece inevitable, y que, con el tiempo, el rey emérito podría quedar permanentemente postrado en una silla de ruedas.