Homenaje a las víctimas del coronavirus y reconocimiento a la sociedad en el Palacio Real. El acto solemne lleno de autoridades de todo el país y presidido por la familia real ha tenido lugar esta mañana del jueves.
Los reyes y sus hijas han llegado de buena mañana y han sido recibidos por el presidente del gobierno, Pedro Sánchez. El camino previo al apretón de manos ha dado algunas imágenes peculiares. Por ejemplo, ver cómo Letizia tenía problemas con su calzado a la hora de caminar encima del pavimento empedrado, y a una infanta Sofía que no sabía exactamente dónde ponerse:
Después de los saludos a las diferentes autoridades, el discurso del rey en memoria de todas las víctimas en medio del escenario preparado para la ocasión, con todos los asistentes escuchando sentados en unos círculos con la pertinente separación entre sillas. Y con todo el mundo, evidentemente, con la mascarilla puesta. Felipe se la ha quitado para hablar, cosa lógica. Pero el momento curioso ha llegado justo cuando ha acabado y se ha sentado en su silla, entre su mujer Letizia y su hija mayor.
Felipe concluye sus palabras. Los asistentes aplauden. Él vuelve a su lugar y mira hacia su izquierda orgulloso, hacia donde está Letizia. Pero desde la otra parte, Leonor le dice algo al oído. Que se ponga la mascarilla, como todo el mundo. Él hace cara de aprobación, la coge del interior de la americana y le dice unas palabras a su hija, probablemente las gracias por el recordatorio.
Leonor, con la lección bien aprendida.