Juan Carlos se quedó sin viajar a Madrid en Navidad. Ya tenía las maletas hechas, pero justo unas semanas antes aparecieron las fotografías del emérito con Bárbara Rey y cinco jueces jubilados le pusieron una demanda. Se puso de nuevo en el foco mediático, y Felipe VI tuvo que pedirle que no apareciese. No quería más líos que pudiesen perjudicar a la corona.
El emérito continúa en Abu Dabi, pero ha tenido una conversación de urgencia con Felipe VI. Juan Carlos I pide máxima discreción a su hijo para viajar a Lisboa. El pasado martes 4 de febrero falleció uno de sus mejores amigos, el líder de los ismaelitas Aga Khan IV. Murió a los 88 años de edad. Se conocen desde que eran muy pequeños. De hecho, el marido de la reina Sofía le pidió el favor de interceder por la infanta Cristina en el caso Nóos. La ex de Iñaki Urdangarin desapareció del foco mediático, fue trasladada a Ginebra por la Fundación La Caixa. Tras 26 años de trabajo en la entidad, en concreto en la Obra Social, se centró en la Fundación Aga Khan. Fue a partir del 2020.
Juan Carlos I quiere asistir al funeral de Aga Khan con la infanta Cristina
La infanta Cristina se mudó en 2013 con sus cuatro hijos mientras Iñaki permanecía en Barcelona siguiendo la instrucción del caso. Juan Carlos I y Aga Khan IV se conocieron en la escuela suiza Le Rosey, donde ambos estudiaron. Un internado centenario fundado por Paul-Émile Carna en 1880 sobre las propiedades del Castillo du Rosey en Rolle, en el cantón de Vaud. Se le conoce como la escuela de los reyes.
El multimillonario es amante de los caballos pura sangre, participó en carreras, y es líder espiritual de 15 millones de musulmanes ismaelitas. Llegó a amasar una fortuna de unos 13.000 millones de dólares, según se lee en Reuters. Una vida de lujo cimentada sobre las inversiones de turismo y la cría de caballos.
Aga Khan fue muy importante para la infanta Cristina, realmente su salvador. Por ello le debe mucho y estará presente en el funeral. Será el acompañante de Juan Carlos I, a quien Felipe VI le ha dado permiso para hacerlo, siempre que no aproveche para poner un pie en España. Y quiere que sea de ir y volver, sin pernoctar.