La monarquía española se encuentra en un proceso de transformación significativo, avanzando gradualmente hacia una nueva etapa que se muestra muy esperanzadora. Desde que la princesa Leonor alcanzó la mayoría de edad y prestó juramento a la Constitución, sus padres, el rey Felipe VI y la reina Letizia, han ido otorgándole un papel más destacado dentro de la institución, aunque con gran cautela. Su objetivo es evitar una sobreexposición que pudiera generar efectos adversos, y hasta ahora la estrategia parece estar dando frutos.

Felipe y Letizia llegando a casa de Jesús Ortiz
Felipe y Letizia llegando a casa de Jesús Ortiz

Uno de los mayores logros de la Casa Real ha sido desligar la imagen de Leonor del apellido Borbón y, con ello, de la figura de su abuelo, el rey emérito Juan Carlos I. Este distanciamiento ha sido clave para reforzar su aceptación pública. De hecho, la princesa ha conseguido algo que pocos esperaban: una valoración positiva por parte de la ciudadanía, lo que ha llevado a la aparición de un fenómeno social denominado ‘Leonormanía’.

Este ascenso de Leonor en la corona ha sido objeto de ataques mediáticos tras la reaparición de Jaime del Burgo, quien asegura haber mantenido una relación extramatrimonial con ella durante varios años. Esta supuesta infidelidad ha generado una crisis en la Casa Real, que ha optado por restarle protagonismo a Letizia y devolver el protagonismo al rey Felipe VI. Sin embargo, la reducción de su papel no la ha situado en un segundo plano, sino más bien en un cuarto nivel dentro de la jerarquía de la institución.

La estrategia de la monarquía para afrontar el futuro parece clara: centrar la atención en la princesa Leonor. Aunque sus apariciones públicas han sido contadas, cada una de ellas ha sido cuidadosamente planificada y ha resultado un éxito, como ocurrió en los Premios Princesa de Asturias. Su imagen se mantiene impecable, y el hecho de que se esté consolidando como una figura clave dentro de la institución refuerza la idea de que es la principal sustituta de la reina Letizia, aunque no la única.

La infanta Sofía sustituirá a la reina Sofía y Leonor a Letizia 

En este contexto, la infanta Sofía comenzará a asumir un papel más relevante este 2025. A finales de 2024, en un gesto sin precedentes, la Casa Real le otorgó cierto protagonismo al encargarle la presidencia de una entrega de premios de fotografía. Este evento sirvió como una primera prueba para medir la reacción del público.

Con la llegada del nuevo año, Zarzuela planea darle mayor visibilidad a la infanta Sofía, justo en el momento en que alcanzará la mayoría de edad y finalizará su bachillerato internacional. A diferencia de su hermana Leonor, que continuará su formación militar, todo apunta a que Sofía iniciará su etapa universitaria en Madrid, lo que le permitirá residir en el Palacio de la Zarzuela junto a sus padres.

Este nuevo escenario implica que la infanta Sofía tendrá un papel más destacado dentro de la monarquía, lo que inevitablemente contribuirá a reducir aún más la presencia pública de la reina Letizia. Pero Letizia no será la única figura en perder protagonismo. La reina Sofía, quien ha dedicado cinco décadas a la Corona, también podría anunciar su retirada definitiva de las funciones institucionales. Se especula que este posible retiro será acompañado de un homenaje a su trayectoria, en reconocimiento a su entrega y servicio a la monarquía española.

La princesa Elionor i la infanta Sofia / Casa Reial
La princesa Leonor y la infanta Sofía / Casa Real