La reina Sofía, reconocida por su carácter tradicional y familiar, siempre ha mantenido una conexión profunda con sus raíces griegas. Aunque soñaba con morir siendo reina, el paso del tiempo y los cambios en su rol dentro de la monarquía española han planteado nuevas inquietudes sobre su futuro. Su papel, ahora residual, se limita a actos menores, ya que la princesa Leonor y la infanta Sofía comienzan a asumir compromisos de mayor relevancia. Esto deja a la emérita en una posición de soledad y reflexión.
En los últimos años, Sofía ha enfrentado duras pruebas personales. La pérdida de su hermano Constantino y el diagnóstico de Alzhéimer de su hermana Irene, conocida cariñosamente como "la tía Pecu", han afectado profundamente su ánimo. Irene ha expresado su deseo de regresar a Grecia para pasar sus últimos días, y este anhelo parece resonar también en la reina Sofía. Desde hace tiempo, considera la posibilidad de retirarse a su tierra natal, especialmente a la mansión de Porto Jeli, una residencia que su hermano Constantino adquirió en 2014 por cinco millones de euros y que hoy está valorada en diez millones de euros.
La reina Sofía se plantea abandonar Zarzuela y España
El palacete, ubicado en un entorno idílico, cuenta con doce dormitorios, una gran piscina y una cala privada, características que lo convierten en un lugar ideal para el retiro. Para Sofía, Porto Jeli no solo representa un refugio físico, sino también un regreso a sus orígenes. Incluso, ha manifestado su deseo de ser incinerada y esparcir sus cenizas en el Mar Egeo, en lugar de ser enterrada en la Cripta Real.
Sin embargo, este deseo enfrenta la firme oposición de Felipe VI, quien considera esencial que su madre permanezca en Zarzuela. El rey cree que su presencia sigue siendo un pilar de estabilidad para la monarquía en un momento delicado, marcado por los escándalos en torno a Juan Carlos I y las tensiones maritales entre él y Letizia. Permitir que Sofía se retire podría interpretarse como un acto de desvinculación emocional de España, algo que Felipe considera peligroso para la imagen de la institución.
Los altos cargos de la monarquía frenan la mudanza de la reina Sofía
Además, en el contexto actual, donde la corona lucha por reconectar con el pueblo y limpiar su reputación, cualquier decisión con implicaciones simbólicas debe ser tomada con extremo cuidado. La desvinculación de un miembro tan importante como la emérita puede tener efectos devastadores en la opinión pública. El dilema entre respetar el deseo de Sofía de regresar a Grecia o mantenerla en Zarzuela está servido.
Por ahora, Zarzuela ha decidido frenar cualquier plan de retiro definitivo al palacete. Aunque Sofía aún visita Porto Jeli ocasionalmente, Felipe insiste en que su madre permanezca cerca, tanto por razones personales como estratégicas. El futuro de la reina Sofía sigue siendo incierto, pero una cosa está clara: su conexión con Grecia y su papel en España continuarán siendo un tema delicado en los años venideros.